Valentín Fuster y Rojas Marcos expone en un libro cómo tratar “a nivel mental y físico”

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

La mitad de los pacientes que acuden al médico quejándose de un problema cardíaco “no tienen en realidad un problema en el corazón, sino un problema en la mente, relacionado con la emoción”, según el cardiólogo Valentín Fuster, director del Instituto Cardiovascular del Hospital Monte Sinai de Nueva York (Estados Unidos), coautor junto al psiquiatra Luis Rojas Marcos del libro Corazón y Mente (Planeta), que fue presentado ayer por ambos en el Colegio de Médicos de Madrid.
“Entre un 25 y un 50 por ciento de los pacientes que van a una consulta por un problema cardíaco en realidad no tienen un problema relacionado con el corazón, sino que tiene que ver con la emoción, con la mente”, señaló Fuster, quien asegura que muchos de los casos que ve cada día en su hospital “se resuelven hablando al paciente”.

Años de trabajo
Constatar esta realidad en su consulta fue uno de los motivos que, según Fuster, les llevó a él y al profesor Rojas Marcos a escribir el libro Corazón y Mente, un proyecto del que “llevaban años hablando” y que finalmente vio la luz gracias al trabajo realizado durante diversos fines de semana en el despacho de Fuster por ambos, respaldados en la redacción por la periodista Emma Reverter.El método de trabajo fue sencillo. Consistió en la exposición de 20 casos de pacientes reconocidos por Fuster que posteriormente Rojas Marcos analizó desde el punto de vista psicológico y que sirvieron para hacer un retrato de los que, a su juicio, son los problemas físicos y mentales que aquejan a los pacientes en cada etapa vital.
“Presentamos a dos pacientes de cada una de las décadas de la vida. Se trata de casos reales pero no identificables, en los que incluimos a mujeres y a hombres, a niños de siete años y a mayores de 80. Así hasta 20 casos seleccionados en función del tema”, explicó Fuster, quien citó como ejemplos de problemas que surgen con la edad, el estrés de los 40, la depresión los 50 o la soledad de los 70. Para ambos expertos, el tratamiento de estos problemas debe hacerse “desde una perspectiva integral” y teniendo siempre presente que tratar de forma separada cuerpo y mente “es un error”. Para hacerlo con éxito, es básico que el médico escuche al paciente, que “empatice” con su situación y que “no le juzgue”, ya que sólo así logrará su confianza y tendrá más opciones para su futura curación.



ROJAS MARCOS: “EL OPTIMISMO NO CURA”

El experto considera que reforzar la relación médico-paciente es “imposible” si sólo pueden dedicarse “entre 15 y 20 minutos” a cada consulta y señaló la falta de tiempo como uno de los problemas de muchos sistemas sanitarios, donde se recurre a las pastillas como “la solución del momento” para sustituir la relación con el enfermo.

Reconoce que “el optimismo no cura”, pero afirma que una persona feliz y con “paz de espíritu” es más propensa que otra pesimista a cuidar su cuerpo y por tanto, a seguir los consejos del médico y poder así curarse. “El optimismo no cura, el optimismo hace que uno piense que se va a curar y siga los consejos del médico”, reflexionó.

Por otra parte, el psiquiatra opinó sobre el testamento vital y dijo que se trata de “una oportunidad” que determinadas sociedades dan a un individuo “para poder decidir, dentro de unos límites razonables, lo que está dispuesta a recibir y lo que no en el mundo de la medicina y dentro del proceso final de la muerte”.