Valverde de los Arroyos cumple con la Octava del Corpus
El presidente provincial y el delegado de la Junta acompañaron al alcalde en esta fiesta de Interés Turístico Regional.
Valverde de los Arroyos, Guadalajara, celebró este domingo una de las fiestas más conocidas y tradicionales de la provincia : las Danzas y Bailes de la Octava del Corpus, declarada de Interés Turístico Regional desde 1980. Aunque lloviendo en algunas ocasiones, el tiempo no consiguió deslucir el ancestral rito después de la misa, y tampoco evitó que cientos de personas acudieran al municipio que está considerado como uno de los pueblos más bonitos de España. Entre esos visitantes se encontraban el presidente de la Diputación, José Manuel Latre, y el delegado de la Junta, Alberto Rojo. Ambos acompañaron al alcalde, José Luis Bermejo, y al resto de autoridades entre ellos algunos alcaldes de los pueblos de alrededor.
Latre destacó la antigüedad de esta tradición “que ha permanecido de forma prácticamente ininterrumpida e inalterable” y que es “símbolo de la ilusión y tesón de sus gentes que se empeñan acertadamente en mantenerla”. No en vano, tal y como resaltó el presidente, acaban de cumplirse 450 años de la fundación de su Cofradía.
Por su parte, Rojo subrayó que “tenemos una provincia con una riqueza etnográfica envidiable”, al tiempo que agradeció el esfuerzo de las personas vinculadas a los pueblos para mantener vivas tradiciones ancestrales.
Igualmente, el alcalde animó a visitar Valverde de los Arroyos “no solo en esta fecha, sino en cualquier época de año”, y deseó “que las generaciones venideras sigan con esta fiesta para que no se pierda”.
Para los cientos de visitantes, lo que más llama la atención de esta fiesta son las vestimentas de los ocho danzantes y la botarga, así como las espectaculares danzas y bailes. Los danzantes visten pantalón blanco, con bordes adornados de puntillas y bordados; el sayolín, una falda bordada hasta las rodillas, y sobre este y a la cintura un gran pañuelo negro, especie de mantón de manila. Sobre el blanco de la camisa, los pañuelos largos, de colores y anudados al cuello. El resto del cuerpo lo cubren con cintas, adornos de pasamanería y las alpargatas. A la cabeza, el canastillo, cubierto de flores de vivos colores y espejuelos, que no se lo quitan para bailar ante el Santísimo, gracias a una bula papal otorgada en el año 1606.
La Botarga viste traje de chaqueta de colores chillones (amarillo, rojo y verde), una gorra hecha con triángulos de diferentes telas y colores, rematada por una borla, y en sus manos unos palillos.
En Valverde de los Arroyos, a diferencia de otras poblaciones, se conserva un número importante de danzas. Se bailan a la mitad de la procesión, en las eras, a las afueras del pueblo, donde se instala un altar en que se deposita la Custodia. Allí en su honor, los danzantes interpretan, entre otras, la Danza de la Cruz. Al finalizar la procesión y de nuevo en la plaza ejecutan otros bailes rituales: el Verde, el Cordón, los Molinos y la Serrucha, danzas de paloteo y de cintas, que giran en torno al palo que sostiene la botarga, que actúa como guía de danza y sobre el que se trenzan ocho cintas de diferentes colores. Entre una y otra danza se realiza la Almoneda, es decir, la subasta de las roscas.
Las Danzas de la Octava del Corpus son todo un espectáculo aderezado con la música de un acompañante, el pitero, especie de gaitero tamborilero.