Varias generaciones corean a los Hombres G en Guadalajara

14/09/2013 - 13:51 M.M

Como si de los cuatro fantásticos se tratara, los cuatro Hombres G aterrizaron sobre el escenario de la Fuente de la Niña entre los vítores y aplausos de un público heterogéneo, intergeneracional y doblemente entregado, pues este grupo ha conseguido algo difícil, mantener a sus incondicionales que les siguen desde los primeros éxitos, aquellos que pasaron su adolescencia bailando al ritmo de Venezia, Sufre mamón o Marta tiene un marcapasos, y hacerse un hueco, y grande, en el panorama actual tras su reaparición en 2003, después de unos años de letargo.

Con canas, sí, pero con un sonido fresco y actual que sorprendió, seguro, a los que se quedaron en la movida madrileña y acudían más por la nostalgia de volver a escuchar unos temas que marcaron una época que por sentir el ritmo en las piernas. Y el ritmo lo notaron, desde el comienzo. El público acompañó casi de forma permanente a David Sumers pero se disparaba enloquecido cuando apenas comenzaban los primeros acordes de temas como Si no te tengo a tí, El ataque de las chicas cocodrilo o Dejad que las niñas se acerquen a mí, por citar solo algunas canciones.

Desde el principio arrancaron con temas míticos, esos que suenan en la cabeza de muchos y que han marcado su historia como grupo, la de la música y la de muchas personas (sobre todo las llamadas Marta); las mismas canciones que corea ahora su público más joven. Su larga trayectoria ha hecho que canciones como Sufre mamón, Marta tiene un Marcapasos, Venezia, El ataque de las chicas cocodrilo, Indiana o Dos imanes se hayan convertido en icono de varias generaciones y han traspasado la barrera de meras canciones para entrar en la historia del pop español. Hombres G hizo su aparición en 1983.

Su primer tema Venecia. Durante unos años, la banda vivió en un desenfreno: cientos de miles de discos vendidos, fans enloquecidas, calles colapsadas a su paso, giras por España, Sudamérica y Estados Unidos. Pasada la euforia juvenil, el grupo creyó que había llegado el momento de echar el freno y probar una vida diferente. En 1992 apareció el que iba a ser su último álbum Historia del bikini. A partir de entonces, David Sumers comenzó su trabajo en solitario y el resto de la banda continuó colaborando con otros artistas. En 2003, el cuarteto regresó a la escena musical. Hasta hoy.