Veinticinco confirmaciones inauguraron la nueva etapa histórica de Santa María

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: BEATRIZ PARIENTE
El obispo ofició los primeros actos religiosos de la remodelada concatedral
La Diócesis de Sigüenza-Guadalajara lo había anunciado y cumplió su compromiso. El viernes, el templo más emblemático de la capital, la concatedral de Santa María, abrió sus puertas al culto después de un periodo de obras de reforma interior y exterior que han conseguido eliminar las humedades que atacaban al corazón del templo y devolver el esplendor a este punto de encuentro de la fe cristiana. A día de hoy, solo queda por rematar la restauración del retablo mayor, donde ya se aprecia la mano del restaurador en limpieza y recuperación de colores en su mitad superior.
El resultado final
La obra de restauración de la concatedral ha querido respetar al máximo la identidad histórica del edificio, manteniendo testigos de sus estilos mudéjar, con marcas de adobe; renacentista, con ladrillo y, finalmente, restaurando el barroco posterior. Esta sucesión de remodelaciones puede apreciarse en las marcas de tres puertas diferentes situadas junto a la capilla bautismal que hay a la entrada. En esta zona puede apreciarse una marca de un acceso mudéjar del siglo XIV, otra del Renacimiento que permitía entrar a una capilla y otra del siglo XVIII. “Hemos mantenido las marcas de las tres puertas de la evolución histórica de la iglesia”, explica el párroco de la concatedral, Agustín Bugeda.
Durante la realización de la reforma se han ido descubriendo pequeños tesoros, tanto arquitectónicos, como del mobiliario antiguo. Es el caso de una pila románica que “ha sido recuperada de un trastero”, según cuenta el párroco, y que está adornada también con dos lápidas de los Castillas, los fundadores de la capilla, descubiertas durante las obras. Además, se ha recuperado un hermoso arco de piedra tallada que adorna uno de los laterales de la capilla.
En cuanto al suelo, se ha optado por un dibujo de ajedrezado especial al estilo del barroco, pero no cuadrado, sino al estilo de San Juan de Letrán de Roma, lo que confiere movimiento y diferentes perspectivas al conjunto según se vea de frente, de lado o en oblicuo. Además, para diferenciar estancias, los suelos de las zonas nobles del templo, como la nave, el baptisterio y el presbiterio, van en ajedrezado y el resto, en liso.
Respecto a la iluminación, se ha elegido una luz del siglo XXI que diferencia la nave celebrativa, con mucha más luminosidad, que los laterales, con menor iluminación para salvaguardar el recogimiento y la oración.
Los detalles se han cuidado hasta el extremo, de manera que los tres tonos de la pintura de las paredes diferencian tres tipos diferentes de estructuras. El blanco, para las molduras y adornos, el blanco roto, para la estructura arquitectónica de la iglesia, y el tostado para realzar los fondos.
Además, los cuatro pilares que sujetan la bóveda central han sido reforzados con 20.000 euros en cemento cada uno de ellos, a fin de mejorar la cimentación.
En resumen, tal y como señala Agustín Bugeda, el párroco de Santa María –y uno de los principales artífices de la buena marcha de las obras–, “lo principal ha sido recuperar la belleza que tenía Santa María”, eliminando todo lo que sobraba y sacando a la luz todo lo que tenía de valor.
En los días previos a su inauguración oficial, voluntarios de las cofradías, padres de niños de o de confirmación y otros feligreses han colaborado con la limpieza y puesta a punto del edificio. En total, 30 personas se repartieron turnos de dos horas durante varias jornadas para que todo aquel que divisara el templo remodelado tuviera un sentimiento de admiración.

La única parroquia de hace siglos
Tal y como señala Bugeda, además de por su peculiar historia, la concatedral se diferencia del resto de templos de la capital por ser “la única parroquia de Guadalajara que sigue siendo parroquia desde el siglo XI hasta el día de hoy.
Tras las 25 confirmaciones oficiadas ayer por el obispo, José Sánchez, en su primer día de reapertura, Santa María acogerá hoy dos tandas de primeras comuniones. Mañana comulgarán por primera vez otro grupo de 15 niños y al sábado siguiente, día 15, terminarán las tandas con otros dos grupos más. Al igual que las ceremonias de la comuniones, volverán las tan esperadas celebraciones de bodas –entre 60 y 70 hasta finales de año, con todos los fines de semana ocupados–.
Por otro lado, la culminación de las obras va a permitir que luzca más otra de las celebraciones populares propias de la Santa María, como es el caso de la novena y fiesta de la Virgen de Fátima, de hondo arraigo entre los feligreses de la concatedral, el próximo jueves 13. En su caso, el retablo y la imagen de la Virgen de Fátima se ha restaurado y se ha diferenciado del resto del conjunto monumental por ser el único espacio adornado con dorados.

Aniversario de la concatedral
A primeros del mes de octubre, por la celebración del 50 aniversario, se realizará algún concierto, conferencias, la presentación del libro sobre la historia del templo y la celebración oficial del medio siglo desde la inauguración de Santa María como concatedral.