Verónica Forqué y Carmelo Gómez hablan sobre cine en Guadalajara
01/10/2010 - 09:45
Por: MAR GATO. MADRID
La visita de dos leyendas del cine español a Guadalajara no contó con la respuesta del público esperada. Verónica Forqué y Carmelo Gómez se enfrentaron, una vez más, a los otros gustos del público, llámense choques deportivos o superproducciones americanas por relacionarlo más con su oficio. Adversidades contra las que luchan diariamente para hacer del cine español todo un arte. Un sueño, un propósito alcanzable a tenor del optimismo mostrado por estos dos titanes de la gran pantalla: el cine sí tiene futuro, y parece además que prometedor.
¿El cine español tiene futuro? Ésta fue la gran incógnita planteada por Guadalajara a dos grandes de la gran pantalla de nuestro país, Verónica Forqué que sustituiría a Maribel Verdú en el cartel por el cambio de última hora en la fecha prefijada y Carmelo Gómez, dos leyendas del cine que aceptaron gustosamente el reto planteado desde la Fundación Siglo Futuro, la Diputación provincial de Guadalajara y la Universidad de Alcalá de Henares, dentro del ciclo Guadalajara emociona. Cultura en otoño ,de dar respuesta a la que quizá sea una pregunta frecuente y recurrente cuando se habla del séptimo arte con sello español.
El salón de actos del centro San José, sufridor de los avatares deportivos del Real Madrid, veía ocupar tímidamente sus butacas para la gran cita con un puñado de asistentes, entre los que se entremezclaban los confesos seguidores de una y otro, amantes del cine en general y los curiosos. Aunque pocos, todos ellos sin distinción disfrutaron de una velada que iniciaría la escritora y crítica cinematográfica Eugenia Rico, encargada de comenzar el coloquio chequeando el estado de salud del cine español en los momentos actuales.
Aunque creativamente pasa por un buen momento, con películas de reciente estreno como Ágora, el tejido de la industria del cine está paralizado, avanzó Forqué, quien especificó que un colectivo no vive tan sólo de dos o tres películas taquilleras al año. La falta de dinero para sufragar las producciones suele ser el principal motivo para que el cine español no llegue a despegar del todo, indicó Gómez. Tampoco ayuda a ello el reciente bloqueo de las ayudas al cine español por parte del Consejo Europeo, hecho visto por parte de los dos actores con resignación pero sin dejar a un lado el optimismo e, incluso, el humor. Si es necesario sacaremos los tractores a la carretera, apuntó Gómez, quizá rememorando ese oficio al que estuvo a punto de adherirse por herencia familiar en su querido Sahagún (León) años atrás.
¿Pero qué hacer con un cine en un país que obtiene más dinero de las propias subvenciones que lo recaudado en taquilla? Primero combatir la amenaza constante de las superproducciones americanas, las grandes captadoras del público. Para ello, la propia Rico propuso la excepción cultural, una ley que impera en Francia desde años atrás que impone a todas las salas de cine del país exhibir dos películas americanas por seis francesas.
Forqué añadió a esta fórmula medidas proteccionistas sobre el cine, tal y como se viene haciendo con otros focos culturales como los museos, idea que compartió Rico, quien apostilló que si un país no protege su cultura, sus sueños y sus aristas, se quedará huérfano.
De lo que no cabe duda, y a pesar de los avatares por los que pasa, los tres contertulios coincidieron en que el cine español sí tiene futuro, y con ello la continuidad de la cultura del país.
El salón de actos del centro San José, sufridor de los avatares deportivos del Real Madrid, veía ocupar tímidamente sus butacas para la gran cita con un puñado de asistentes, entre los que se entremezclaban los confesos seguidores de una y otro, amantes del cine en general y los curiosos. Aunque pocos, todos ellos sin distinción disfrutaron de una velada que iniciaría la escritora y crítica cinematográfica Eugenia Rico, encargada de comenzar el coloquio chequeando el estado de salud del cine español en los momentos actuales.
Aunque creativamente pasa por un buen momento, con películas de reciente estreno como Ágora, el tejido de la industria del cine está paralizado, avanzó Forqué, quien especificó que un colectivo no vive tan sólo de dos o tres películas taquilleras al año. La falta de dinero para sufragar las producciones suele ser el principal motivo para que el cine español no llegue a despegar del todo, indicó Gómez. Tampoco ayuda a ello el reciente bloqueo de las ayudas al cine español por parte del Consejo Europeo, hecho visto por parte de los dos actores con resignación pero sin dejar a un lado el optimismo e, incluso, el humor. Si es necesario sacaremos los tractores a la carretera, apuntó Gómez, quizá rememorando ese oficio al que estuvo a punto de adherirse por herencia familiar en su querido Sahagún (León) años atrás.
¿Pero qué hacer con un cine en un país que obtiene más dinero de las propias subvenciones que lo recaudado en taquilla? Primero combatir la amenaza constante de las superproducciones americanas, las grandes captadoras del público. Para ello, la propia Rico propuso la excepción cultural, una ley que impera en Francia desde años atrás que impone a todas las salas de cine del país exhibir dos películas americanas por seis francesas.
Forqué añadió a esta fórmula medidas proteccionistas sobre el cine, tal y como se viene haciendo con otros focos culturales como los museos, idea que compartió Rico, quien apostilló que si un país no protege su cultura, sus sueños y sus aristas, se quedará huérfano.
De lo que no cabe duda, y a pesar de los avatares por los que pasa, los tres contertulios coincidieron en que el cine español sí tiene futuro, y con ello la continuidad de la cultura del país.