Vigésimo aniversario de la matanza de la plaza de Tiananmen

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: EUROPA PRESS
La noche del 3 al 4 de junio de 1989, los carros de combate del Ejército chino irrumpieron en la Plaza de Tiananmen, el gran escenario político por excelencia del régimen de Pekín, para reprimir las manifestaciones que desde mediados de abril protagonizaban estudiantes, intelectuales y trabajadores para reclamar más democracia, el fin de la corrupción y la represión y medidas contra la inflación y el paro.
En plenas luchas internas en el Partido Comunista (PCCh) se optó por una solución violenta contra los manifestantes desarmados, que causó un número indeterminado de muertos --se habla de entre cientos y miles-- y más de un millar de detenidos. Las protestas habían comenzado en Pekín el 15 de abril y se extendieron casi de inmediato a otras importantes ciudades y provincias de todo el país y contaron con la participación de distintos sectores sociales. La primera reacción del Gobierno fue pedir a los manifestantes que se disolvieran, pero ante la falta de respuesta se desencadenó un debate interno en el Partido Comunista sobre cómo se debía responder a los activistas concentrados en la plaza.
El resultado fue una profunda división entre los partidarios de la línea dura, encarnada por Li Peng (primer ministro entre 1987 y 1998 y presidente de la Asamblea Popular Nacional entre 1998 y 2003), y los partidarios de una actitud más conciliatoria, cuyo principal exponente era Zhao Ziyang, el gran impulsor de las reformas económicas chinas y principal delfín del histórico dirigente revolucionario y hombre fuerte del país, Deng Xiaoping.
Zhao hizo un llamamiento a la tolerancia y expresó su comprensión hacia algunas de las demandas de los activistas, una postura que supuso su ruina política y personal. No consiguió convencer al resto del partido y el 24 de junio de 1989 fue purgado de las filas del PCCh por “dividir al partido”. Cuando falleció, en enero de 2005, llevaba quince años bajo arresto domiciliario. “Durante todo este periodo, mi propósito había sido calmar la crisis resolviendo las contradicciones y llamando a la tranquilidad a la gran mayoría de la población”, declaró posteriormente Zhao ante el Comité Central del Partido, según consta en un documento hecho público en 2001 por el Centro de Información sobre Derechos Humanos y Democracia de Hong Kong. “Estaba tremendamente preocupado porque las medidas brutales, sobre todo el uso de las armas, causaría un derramamiento de sangre que sólo agravaría la situación”, añadió.

La otra versión
En enero de 2001, la revista estadounidense Foreign Affairs’publicó los llamados Papeles de Tiananmen, cuya autenticidad fue rechazada por el Gobierno chino y avalada por el ex dirigente comunista, principal asesor de Zhao y actual disidente Bao Tong. Los Papeles de Tiananmen, un conjunto de documentos secretos extraídos del país “por un reformista de la jerarquía china” y que incluyen varios extractos de conversaciones entre Deng Xiaoping y la cúpula comunista, revelarían que la dirección del partido estuvo sumamente dividida sobre cuál debía ser la respuesta a las manifestaciones y que Deng --auténtico hombre fuerte del país desde 1978 hasta su muerte, en 1997-- decidió, finalmente, alinearse con el ala dura del Partido Comunista.
“La anarquía aumenta cada día”, declaró Deng en una reunión con la jerarquía comunista antes de la masacre de Tiananmen. “Sencillamente, no podemos permitir a la gente que se manifieste cuando quiera”, aseveró Deng. Si se manifiestan “los 365 días al año” no harán otra cosa y, en tal caso, “la reforma y la apertura no nos llevarán a ninguna parte”, prosiguió, según consta en la transcripción de sus conversaciones. Deng se mostró también sumamente crítico con Zhao, el cual, según sus palabras, se había “colocado del lado de la agitación” y había “fomentado la división en el seno del Partido”. El entonces presidente de China y vicepresidente de la Comisión Militar Central, Yang Shangkun, decidió finalmente respaldar el uso de la fuerza para despejar la plaza y el “halcón” Li Peng aprovechó la crisis para apartar del poder a Zhao. Fue el principio del fin de la generación de Deng Xiaoping y de la llegada a la cúpula del partido de nuevos dirigentes, entre cuyos propósitos figuraba la misión de “echar tierra” sobre la matanza de Tiananmen. Uno de ellos fue Jiang Zemin, elegido por entonces secretario general del partido (en sustitución de Zhao) y que fue presidente de China entre 1993 y 2003.
Fue, por tanto, en pleno relevo en la cúpula del poder que se decidió suprimir por la fuerza la llamada “primavera de Tiananmen”. El 20 de mayo, el Gobierno declaró la ley marcial y en la noche del 3 de junio, envió los carros de combate y la infantería del Ejército a la plaza de Tiananmen para disolver la protesta. Tras la ofensiva armada, el Gobierno emprendió una vasta campaña de detenciones para suprimir a los instigadores del movimiento, expulsó a la prensa extranjera y ejerció un estricto control sobre la cobertura de los acontecimientos en la prensa china. La violenta represión de la protesta de la plaza de Tiananmen provocó la condena internacional.