Vivencias de hoy y ayer para celebrar el Día de la Mujer Rural

15/10/2010 - 00:00 Redacción

 El Centro de la Mujer de Alovera ha celebrado el Día de la Mujer Rural con una actividad interesante y enriquecedora que ha permitido conocer las costumbres y las vivencias del municipio a lo largo de los años. Es cierto, como reconocían las responsables del Centro de la Mujer, que la localidad aloverana ya no se identifica como un municipio rural.
No obstante, sus orígenes sí que siguieron los patrones propios de las condiciones agrícolas y ganaderas. La charla-coloquio entre mujeres ha ilustrado la transformación que ha sufrido Alovera en este siglo, ya que no han faltado las anécdotas y las añoranzas de tiempos pasados. Hoy, Alovera es un municipio industrial, localizado en uno de los cinturones más desarrollados de la provincia de Guadalajara como es el Corredor del Henares, pero ha merecido la pena echar la vista atrás para, sobre todo, no olvidar su antesdeayer rural. Dieciséis mujeres han compartido sus experiencias personales y, a la vez, los cambios que ha experimentado la propia localidad con el paso del tiempo en un interesante coloquio organizado en la sala principal del Centro de la Mujer. Al tratarse de un grupo intergeneracional, los comentarios han permitido construir un relato vivo de la historia del pueblo. Eso sí, con una óptica claramente femenina comparando la vida y las dificultades de género que tuvieron que vencer las más veteranas con las comodidades que ofrece la vida en el siglo XXI. La asistencia de personas nacidas en el municipio y nuevas vecinas, aquellas que llegaron con la explosión demográfica de la última década, también ha permitido abordar una serie de cuestiones como la integración de los últimos residentes, la conciliación de la vida laboral y familiar, así como los recursos culturales, deportivos y culturales de los que dispone el municipio. Estas últimas actividades junto con las asociaciones locales de Alovera han conformado y siguen configurando, a juicio de todas las asistentes, una completa red de integración para los recién llegados y para la dinamización de la vida municipal. “Quien quiere se integra para no vivir en un pueblo dormitorio”, apuntaban con rotundidad las participantes. EL ANTES Y EL AHORA Pasado y presente han confluido en un mismo espacio para trazar la identidad de Alovera. Entre las vivencias antiguas cabe destacar el recuerdo dedicado a la costumbre de lavar en el río, las embarradas calles de Alovera que obligaban a las mozas a llevar botas hasta la puerta del baile para cambiarlas por sus zapatos ya en el interior de la sala, el duro trabajo en el campo o la falta de comodidades de la vida de hace cincuenta años. Unas experiencias en las que también se vislumbraba la añoranza al recordar las costumbres en momentos claves como las fiestas patronales de La Paz, el rito de la matanza, la escuela o la solidaridad reinante entre los vecinos para colaborar en asuntos de familia y en la vida municipal. En el pasado más reciente, afloraban los recuerdos para la creación de la asociación de Mujeres o del CEAR, las dificultades que se encontraban en los primeros años del desarrollo demográfico hasta la llegada de los servicios, además de otros bretes de la sociedad actual para conciliar la vida laboral y familiar o para dar una buena educación a los hijos e hijas. Satisfechas con la experiencia por compartir su realidad personal ligada a la localidad, las participantes han reconocido que la transformación de Alovera desde una sociedad predominantemente rural a una industrial y de servicios ha traído consigo la comodidad pero también la pérdida de cercanía entre los vecinos. El acto del Día de la Mujer Rural ha concluido con el homenaje que han brindado las profesionales del Centro de la Mujer a las féminas del municipio con la proyección de un vídeo en el que se han intercalado las imágenes de los primeros años del siglo XX con otras actuales, evocando, aún más si cabe, muchos más recuerdos y vivencias de su pueblo. Del antes y del ahora de Alovera.