Y llegó marzo con frío

 Y el tiempo no se detiene. Burla burlando que dijera el poeta…van pasando los días y esa rueda se encuentra ya en el tercer escalón de eso que llamamos calendario. Con ese tercer mes del año, que empieza con días de mucho frío y nieve, como corresponde al invierno en el que nos encontramos, creciendo, eso sí, en horas de sol,  caminamos hacia esa primavera cuyo nombre parece indicar alegría. Todavía falta tiempo para ese 21 de marzo y estos días invernales nos recuerdan que queda trecho. Algunos hombres del tiempo  comentaban el otro día que realmente el invierno meteorológico es enero, febrero y marzo, por lo que la primavera sería abril, mayo y junio. Las estaciones son otra cosa, dicen. Sea como sea llegará como siempre con la rapidez que el tiempo pasa, vuela o huye como dicen algunas leyendas de esos relojes que todos conocemos, y aunque nos guste más, generalmente, el calor y la luz, lo cierto es que para la naturaleza lo mejor es que haga el tiempo que corresponde al momento del año en el que estemos. Ahora es invierno y también resulta bonito ver fotos de nieve en la provincia, que cuando deshiele será la siempre necesaria agua, incluso el frío tiene sus ventajas sobre el campo. La naturaleza es siempre sabia. 

    No es cuestión ahora, por otra parte, de hablar del calendario que debe estar ya borracho como la tierra misma de dar tantas vueltas… Pero lo cierto es que el hombre necesita dividir para intentar vencer y así al tiempo lo fracciona más o menos a su gusto. Marzo es, además, el ecuador del curso en general y del educativo en concreto y los estudiantes miran con alegría pero también con preocupación pensando en los frutos que el final de curso  traerá. Es pronto pensar en ese final cuando estamos en marzo, pero el tiempo vuela y si queremos frutos buenos hemos de empezar a hacer porque se consigan con nuestra actitud.