Y si habla mal de España... es español

13/03/2021 - 11:09 José Serrano Belinchón

Los españoles llevamos con nosotros una tendencia a infravalorar lo nuestro.

La frase está sacada de una estrofa muy conocida. Su autor es un poeta y filósofo catalán del siglo XIX llamado José María Bartrina. Después la empleó Sánchez Dragó como título para uno de sus libros. Es una frase cainita, que al leerla produce cierto resquemor por lo que tiene de verdadera.

Los españoles llevamos con nosotros una tendencia a infravalorar lo nuestro. Estamos hartos de comprobar con qué naturalidad y con cuanta frecuencia menospreciamos los valores propios de la raza. Nuestra literatura, nuestra historia común, la variadísima y riquísima gastronomía española, nuestros usos y costumbres heredados, rara vez figuran a la cabeza en la lista de nuestras apetencias, hasta que salimos al extranjero o aparece el foráneo de turno y nos quita la razón.

No es así entre todos nuestros compatriotas ni en todos los lugares de España, aunque con mayor o menor profusión y en distinta medida se advierte en cualquier lugar de la ancha piel de toro. De esos valores innegables por los que no mostramos una especial estima, tal vez sea el idioma el más perjudicado. Rico en vocabulario, flexible en formas y matices, avalado por una literatura en primera línea desde hace más de diez siglos que se desprendió del latín, nuestro idioma está perdiendo buena parte de su consideración pretérita por el uso indebido entre muchos de los hablantes y escritores españoles, bien por frivolidad cuando se habla o escribe, bien por emplear con demasiada frecuencia palabras innecesarias procedentes de otras lenguas, mientras vamos dejando las nuestras soterradas en la catacumba de lo que no sirve, a la vez que nos esforzamos por aprender y usar términos importados, más pobres en contenidos y en matices que los nuestros y malsonantes en muchos de los casos.

        El español que se habla en América está mucho menos contaminado que el que hablamos aquí, y si no se le pone remedio acabará pareciendo una lengua diferente. Los hispanoparlantes del otro lado del Atlántico son más fieles y más respetuosos con nuestro idioma que lo somos nosotros. Muy pronto perderemos el privilegio de ser el país con más hablantes en lengua española que existe en el mundo. En los Estados Unidos andan pisándonos los talones y nos superarán en número dentro de poco. Algo realmente admirable. Mientras tanto nosotros a lo nuestro, erre que erre.