Zapatero anuncia “tiempos duros” pero no aporta recetas ante la crisis

01/10/2010 - 09:45 Hemeroteca

Por: Redacción
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cumplió este miércoles con el guión previsto para su comparecencia extraordinaria solicitada por él mismo hace una semana, tras volver de las vacaciones estivales, ante el Pleno del Congreso: se prolongó durante casi seis horas, pero no aportó nuevas recetas para atajar o, al menos, disminuir los efectos de la crisis galopante que padece España y, en general, buena parte de los países de la UE.
“No esperen una nueva batería de anuncios o propuestas”, advirtió el jefe del Ejecutivo al comienzo de su intervención, y justificó esa carencia en que “no tiene sentido improvisar o aprobar todos los días iniciativas”. Sólo aportó dos actuaciones distintas a las ya conocidas y que, en varios paquetes han sido aprobadas en consejo de ministros desde el pasado 18 de abril, las dos dirigidas a reactivar un sector inmobiliario que parece caer en barrena, mientras que no hubo otras soluciones inéditas para el empleo, pese a insistir en varias ocasiones que es “el principal objetivo” del Gobierno. La falta de nuevas actuaciones sobre las que debatir hizo que la sesión parlamentaria se adentrase en terrenos más farragosos, sobre todo desde la filas de algunos partidos nacionalistas, que combinaron los comentarios sobre el desplome económico con sus reivindicaciones de una mejor financiación para sus comunidades. La poca autocrítica de Rodríguez Zapatero tampoco ayudó a mejorar las cosas, pues permitió a la mayoría de los grupos centrar sus réplicas en una crítica política de poco calado y con escasas soluciones alternativas.

CiU fue la que más se salió de esa línea, al proponer una batería de actuaciones a corto plazo en ocho campos, como un plan de autoempleo para emprendedores o importantes rebajas fiscales, y otra serie de reformas estructurales a medio y largo recorrido en cinco ámbitos, sobre todo la energía y la innovación. El presidente, que les instó a todos a “arrimar el hombro” y pidió tiempo porque los efectos de las medidas ya aprobadas “no son instantáneos”, les contestó que está “dispuesto a escuchar otras recetas siempre que no comprometan la solvencia del sector público”.
Rodríguez Zapatero evitó entrar en el detalle de las posibles soluciones alternativas que se manejan desde la oposición y se centró en defender la gestión gubernamental ante la crisis, al tiempo que respondió a quienes le reprocharon falta de liderazgo en esta complicada coyuntura. “He venido a dar la cara y ofrecer confianza a la sociedad española”, fue su argumento para justificar una comparecencia con mucho ruido y pocas nueces.

Futuro sombrío
Advirtió el jefe del Ejecutivo que “todo apunta” a que el empeoramiento económico “va a continuar en los próximos trimestres, que serán duros y complicados”, si bien evitó hablar de recesión y restó valor a las previsiones más negativas porque “todas han fallado” (se quedaron cortas a la baja). Se escudó en este panorama sombrío para argumentar que en 2009 se reducirá “de manera significativa” el flujo inmigratorio, como adelantó hace una semana el ministro de Trabajo, si bien matizó que “por un efecto natural del mercado y no una voluntad política”. Tras apuntar que se ampliará hasta los 1.106 millones de euros el presupuesto del actual Plan de Empleo estatal para mejorar la preparación profesional de 100.000 parados, anunció que su gabinete adoptará, “en forma inminente”, medidas adicionales a ese respecto y también en el ámbito inmobiliario.

El Ejecutivo, asimismo, autorizará las sociedades cotizadas de inversión en el mercado inmobiliario que, a falta de más detalles, gozarán de un régimen fiscal favorable para animar la llegada de fondos que proporcionen liquidez y flexibilidad a empresas “que han acumulado importantes stocks”.

Por último, de cara a los Presupuestos del Estado para 2009, Rodríguez Zapatero reiteró que pese a la crisis “vamos a mantener y reforzar la protección social”. Las pensiones mínimas subirán un 6% de media, “muy por encima” del incremento general, y se destinarán 1.200 millones de euros para dependencia, anunció, dentro de “un notable esfuerzo de austeridad en las cuentas públicas y utilizando con prudencia el margen del que disponemos”, al tiempo que consideró necesario que en los tres niveles de administración (central, autonómico y municipal) se “contenga el gasto”.