Zapatero apuntala a los pesos pesados del Gobierno
01/10/2010 - 09:45
Por: COLPISA
José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a repartir nuevas fichas a sus ministros pero evitará poner La Moncloa patas arriba. En una legislatura que nace marcada por la incertidumbre económica, su objetivo prioritario está en generar estabilidad institucional. La apuesta pasa por consolidar en sus puestos clave a quienes fueron los pilares de su actual Ejecutivo.
José Luis Rodríguez Zapatero está dispuesto a repartir nuevas fichas a sus ministros pero evitará poner La Moncloa patas arriba. En una legislatura que nace marcada por la incertidumbre económica, su objetivo prioritario está en generar estabilidad institucional. La apuesta pasa por consolidar en sus puestos clave a quienes fueron los pilares de su actual Ejecutivo. La principales incorporaciones se producirán, en todo caso, en segundos niveles. El hasta ahora portavoz del grupo parlamentario, Diego López Garrido, ocupará así la secretaría de Estado para la Unión Europea en sustitución de Alberto Navarro, que ya había anunciado su marcha voluntaria de Exteriores.
El ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos es en todo caso, según fuentes socialistas, uno de los menos afectados por los cambios estructurales previstos para esta nueva etapa. El mismo López Garrido dio por sentado que el actual jefe de la diplomacia española permanecerá en el cargo, algo que ya nadie cuestiona en el partido. La política exterior del Gobierno Zapatero ha sido objeto de las más duras críticas por parte del primer partido de la oposición, que le ha acusado de buscar el entendimiento con los líderes más controvertidos de Latinoamérica Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales- y de perder peso en Europa. Pero en el PSOE afirman que la crítica es injusta.
Algunos admiten que ha habido carencias. Sin embargo, lejos de apuntar con el dedo a Moratinos, responsabilizan del escaso brillo español en la materia al propio Zapatero. Una buena gestión en Exteriores debe ser coronada por la actuación del presidente del Gobierno y, quizá porque había otras prioridades dice un importante miembro del partido-, eso no se ha producido en esta legislatura. Entre los méritos de Moratinos está además, dicen, el haber salido indemne de una relación incómoda con Estados Unidos. No se puede ignorar que la retirada de tropas de Irak habría pasado factura a cualquiera, subrayan.
Pero no sólo se espera su continuidad al frente del departamento. En el ministerio se cuenta, de hecho, con la de su todo su equipo, incluidos los secretarios de Estado de Exteriores, Cooperación e Iberoamérica, Bernardino León, Leire Pajín y Trinidad Jiménez. Al nuevo, López Garrido, le tocará aún así asumir una de las tareas más relevantes: preparar la presidencia española de la UE en 2010. Algo en lo que ya venía trabajando su antecesor en el cargo, con el que este mismo martes celebró un primer almuerzo de trabajo.
En el PSOE se da igualmente por sentado que se mantendrá incólume el tercer pilar del Ejecutivo. Y que, como los dos vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega mantendrá como añadido su función de portavoz gubernamental- , Alfredo Pérez Rubalcaba será confirmado en su puesto. A pesar de que el ministro del Interior dio pábulo a las dudas sobre su continuidad al afirmar que aprovecharía las vacaciones de Semana Santa para pensar en su futuro, sus colaboradores más próximos dan por hecho que Rodríguez Zapatero le pedirá seguir y él dará un sí rotundo. No en vano, ya ha afirmado estar a su disposición.
Martillo del PP
La cuarta pata del banco, el ministro de Justicia, también se ha apresurado a manifestar su deseo de continuar en su apasionante tarea. En las múltiples quinielas que en las últimas semanas han elaborado los propios socialistas, el nombre de Mariano Fernández Bermejo sonaba como titular saliente. Pero cada vez gana más peso la opinión de quienes creen que, como el resto de ministros de la última hornada, seguirá en su puesto.
El inconveniente estaría en su perfil de martillo del PP ahora que Zapatero, en su búsqueda de la estabilidad institucional, se ha marcado como prioridad alcanzar un acuerdo para la renovación del CGPJ. Bermejo aseguró hoy que su papel de bestia negra vino condicionado por las características de la pasada legislatura y se presentó como un amante del diálogo dispuesto a explorar vías de entendimiento con el principal partido de la oposición al que, afirmó, nos une muchísimo. En todo caso, los socialistas preparan una ley para forzar un nuevo mandato en el órgano de gobierno de los jueces.
El ministerio que dirige Miguel Ángel Moratinos es en todo caso, según fuentes socialistas, uno de los menos afectados por los cambios estructurales previstos para esta nueva etapa. El mismo López Garrido dio por sentado que el actual jefe de la diplomacia española permanecerá en el cargo, algo que ya nadie cuestiona en el partido. La política exterior del Gobierno Zapatero ha sido objeto de las más duras críticas por parte del primer partido de la oposición, que le ha acusado de buscar el entendimiento con los líderes más controvertidos de Latinoamérica Fidel Castro, Hugo Chávez, Evo Morales- y de perder peso en Europa. Pero en el PSOE afirman que la crítica es injusta.
Algunos admiten que ha habido carencias. Sin embargo, lejos de apuntar con el dedo a Moratinos, responsabilizan del escaso brillo español en la materia al propio Zapatero. Una buena gestión en Exteriores debe ser coronada por la actuación del presidente del Gobierno y, quizá porque había otras prioridades dice un importante miembro del partido-, eso no se ha producido en esta legislatura. Entre los méritos de Moratinos está además, dicen, el haber salido indemne de una relación incómoda con Estados Unidos. No se puede ignorar que la retirada de tropas de Irak habría pasado factura a cualquiera, subrayan.
Pero no sólo se espera su continuidad al frente del departamento. En el ministerio se cuenta, de hecho, con la de su todo su equipo, incluidos los secretarios de Estado de Exteriores, Cooperación e Iberoamérica, Bernardino León, Leire Pajín y Trinidad Jiménez. Al nuevo, López Garrido, le tocará aún así asumir una de las tareas más relevantes: preparar la presidencia española de la UE en 2010. Algo en lo que ya venía trabajando su antecesor en el cargo, con el que este mismo martes celebró un primer almuerzo de trabajo.
En el PSOE se da igualmente por sentado que se mantendrá incólume el tercer pilar del Ejecutivo. Y que, como los dos vicepresidentes María Teresa Fernández de la Vega mantendrá como añadido su función de portavoz gubernamental- , Alfredo Pérez Rubalcaba será confirmado en su puesto. A pesar de que el ministro del Interior dio pábulo a las dudas sobre su continuidad al afirmar que aprovecharía las vacaciones de Semana Santa para pensar en su futuro, sus colaboradores más próximos dan por hecho que Rodríguez Zapatero le pedirá seguir y él dará un sí rotundo. No en vano, ya ha afirmado estar a su disposición.
Martillo del PP
La cuarta pata del banco, el ministro de Justicia, también se ha apresurado a manifestar su deseo de continuar en su apasionante tarea. En las múltiples quinielas que en las últimas semanas han elaborado los propios socialistas, el nombre de Mariano Fernández Bermejo sonaba como titular saliente. Pero cada vez gana más peso la opinión de quienes creen que, como el resto de ministros de la última hornada, seguirá en su puesto.
El inconveniente estaría en su perfil de martillo del PP ahora que Zapatero, en su búsqueda de la estabilidad institucional, se ha marcado como prioridad alcanzar un acuerdo para la renovación del CGPJ. Bermejo aseguró hoy que su papel de bestia negra vino condicionado por las características de la pasada legislatura y se presentó como un amante del diálogo dispuesto a explorar vías de entendimiento con el principal partido de la oposición al que, afirmó, nos une muchísimo. En todo caso, los socialistas preparan una ley para forzar un nuevo mandato en el órgano de gobierno de los jueces.