Homenaje a don Manuel
Antonio Herrera Casado, esboza su figura en un artículo de cuya lectura se desprende mucho conocimiento sobre el sabio que fue don Manuel y profunda admiración y cariño.
No es la primera ni la segunda, sino la tercera ocasión que dedicamos este comentario semanal a la figura de un brillante intelectual, un personaje que debe ser recordado, ahora, que se conmemora el centenario de su nacimiento, al que casi llega con vida pues murió en 2015, y por los siglos. El 4 de julio de 2014 recordábamos que el fundador y mantenedor del Festival Medieval de Hita, que cada año escribía una obra para esta cita y acudía a su representación, era profesor jubilado de la Universidad, investigador de lingüística castellana y literatura medieval, director del Patronato Internacional Arcipreste de Hita, promotor de los estudios de Caminería Hispánica y autor de numerosos libros, amén de otros muchos cargos que con su simple enumeración se comerían el espacio de esta columna. El 13 de marzo de 2015 volvíamos a dedicarle nuestro espacio con ocasión de su fallecimiento. Allí recordábamos la amabilidad en el trato que habíamos tenido con él. En el verano anterior tuvimos la oportunidad de hablar por teléfono. Era un sábado por la tarde y llamó a la redacción del periódico para preguntar si su colaboración para el libro del 75 aniversario había llegado bien. Nos comentó que estaba ya muy mayor pero que pensaba asistir en julio a su Hita del alma, como así hizo, en compañía de su inseparable esposa, Isabel, que falleció poco después sin duda por la tristeza de su ausencia. Don Manuel fue conferenciante en los premios Populares de Nueva Alcarria, en el año 1986, donde nos dijo que aprendió a conocer la Alcarria en Rebollosa de Hita, su lugar de nacimiento, “donde estaba el gran hito de Castilla” y de la zona del Ocejón comentó que “no hay otra en España que conserve tan bien lo ibérico y lo ancestral”. Estuvo también en otras ocasiones y escribió en estas páginas siempre que se le pidió. Él también reclamó en una ocasión un trabajo de mi hermana, licenciada en Filología Hispánica, donde era doctor, para un libro suyo. En este mismo periódico, el cronista provincial, escritor y buen amigo suyo, Antonio Herrera Casado, esboza su figura en un artículo de cuya lectura se desprende mucho conocimiento sobre el sabio que fue don Manuel y profunda admiración y cariño. Antonio le organizó un homenaje en la Feria del Libro, momento y lugar adecuado.