Ara Malikian recorre su vida a través de su violín

09/09/2018 - 12:15 D.Pizarro

El libanés trajo a Guadalajara un espectáculo único que fue seguido por más de 3.000 personas.

Era uno de los conciertos más esperados de las fiestas y encima fue el primero en aparecer sobre el escenario. El libanés Ara Malikian volvió a demostrar este sábado por qué en Guadalajara se le tiene tanto cariño. De hecho, muchos pueden considerar a este músico monumental casi como de Guadalajara, por el número de veces que ha compartido sus interpretaciones con el público de aquí. Pues bien,  tuvo una nueva oportunidad para traer su arte, ese tan original que se desprende de las notas de su violín. Precisamente, la gira ‘La increíble historia de Violín’ es la que trajo el sábado a la capital en un encuentro en las pistas de la Fuente de la Niña, adonde se llegaron más de 3.000 personas. Pero, aunque se trató de un espectáculo al aire libre, hubo una atmósfera de cercanía entra el músico y su público.  Lo primero, por la gran afinidad que consigue el músico con su público, gracias a su simpatía, a su afán por cuidar nuestro idioma y mejorarlo incluso con su acento y mucho humor y, sobre todo, por su facilidad para contar historias no sólo con notas musicales, sino también con palabras que transportaron al público desde Armenia a Líbano, para después pasar por Alemania y, finalmente, llegar a España.

    

Y es que la historia del violín que presentó sobre el escenario no era ficción, sino la historia de su vida, de su familia, de su amor por la música... en definitiva, de su grandeza como ser humano. Porque, en ocasiones, no hace falta conocer personalmente a alguien para saber que por los poros de su piel no puede salir ningún sentimiento malo.El espectáculo comenzó con casi media hora de retraso, pero no importó, porque el inicio fue tan espectacular que rápidamente el público pasó a sentirse parte del mismo. Fueron tres canciones “en una”, como Malikian las definió, acompañado por sus siete músicos, conformadas por un tema de Jimmy Hendrix, ‘Réquiem’ de Mozart y un tema propio del libanés. “He aprovechado para colároslo”, reconoció entre bromas. Así, con esta interpretación sin pausa que hizo que la mayoría perdiera la noción del tiempo y que, además, no le importara, Malikian hizo eso que se dice siempre, pero que aquí fue verdad: se metió al público en el bolsillo. Entonces fue cuando comenzó a relatar la historia de su violín, un regalo de su abuelo, armenio que se trasladó a Líbano. Un hombre serio conocido, pese a ello, como ‘El bailarín’. Este apodo dio pie para que el protagonista de la noche interpretase una danza armenia que bailó lo mejor que pudo sin soltar el instrumento.