Así somos


Denominamos fuero interno, al imaginario lugar que podemos escudriñar para buscar respuesta a quién soy, qué soy y cómo soy.

Miembros de la especie humana, conocedora de que sigue evolucionando, la que a diferencia de la inteligencia artificial, no solo tiene consciencia, sino conciencia; la que además de conocimiento, posee ética; la que baña su racionalidad de sentimientos

Interdependientes, así somos, sabedores de que es en la acción, en la conducta que captamos aun de forma relativa la conciencia, respecto a su no ser, como habiendo antes no sido y llegando a no ser en las interrupciones de la vida consciente. Confesaba Santa Teresa: “Este interior es cosa recia de examinar”.

Denominamos fuero interno, al imaginario lugar que podemos escudriñar para buscar respuesta a quién soy, qué soy y cómo soy; a conocer por mí mismo mi propia intimidad, para intentar que mi vida llegue a ser real, y en gran medida, mía. Hablamos de incertidumbres, creencias, tristezas, ilusiones, sufrimientos, anhelos, que conforman junto a los actos mi personal identidad. 

Yo y otro yo, acompañamiento, con otra persona, o con uno mismo, eso es intimidad, el amar, el rezar, el morir, de un ser concernido, comprometido y en contacto.

La razón del ser humano es el amor, que alcanza al yo íntimo del otro, al ser espiritual. 

Somos psicológicos, comprendemos la propia finitud, lo que nos engrandece, y nos abre a ese infinito de esperanza. Es así como personalizamos la vida biológica haciéndola biográfica. 

Sí, criaturas históricas que compartimos con los semejantes la cultura, el lenguaje.

Es desde la palabra que buscamos entendernos con los demás y con nosotros mismos. 

La palabra que me permite dar las gracias a los maestros, a los que nos continuarán, y naturalmente a los pacientes, recordando que no hay salud sin salud mental, al respecto se estima que a lo largo de la vida 1 de cada 4 personas sufrirá algún tipo de enfermedad mental; y que el 70% de los trastornos en los adultos tienen su inicio antes de que se cumplan los 18 años

El último agradecimiento es para ustedes, lectores.