Botargas y mascaritas vuelven a Almiruete por Carnaval
Este próximo sábado, la ancestral tradición de botargas y mascaritas de Almiruete va a llegar a su trigésimo tercera edición desde su recuperación, allá por el año 1985.
A diferencia de lo que ocurriera el año pasado, cuando el día de Carnaval fue más primavera que invierno, en ésta ocasión se espera frío, aunque no nieve, y que se mantenga la nieve en la cumbre del Ocejón.
El pasado fin de semana los almiruetenses se juntaban en torno a la plaza del pueblo, para, en el local social, embutir los chorizos y adobar la carne con la que van a invitar a propios y extraños el sábado. También aprovisionaron el bar social, que abrirá ese mismo día. Además, juntos, elaboraron las flores que adornarán las flores de los trajes blancos de las mascaritas.
Mientras, los botargas, en un trabajo más individual, ultiman en estos días sus máscaras, verdaderas joyas de la artesanía serrana, hechas con raíces y madera, sobre una base generalmente de cartón. Pintadas, o fabricadas con los más variopintos colores, siempre algún elemento las une a la tierra, al umbral del Ocejón. Algunos magníficos ejemplos se puede admirar en el Museo de las Botargas y las Mascaritas de Almiruete que, como la visita a la localidad y en general al municipio de Tamajón, en plena ruta de la Arquitectura Negra de Guadalajara, merece la pena, en cualquier momento del año.
El sábado, de nuevo, y para garantizar el adecuado flujo de vehículos, las calles del pueblo quedarán cortadas al tráfico desde la una de la tarde. A partir de las tres de la tarde, los botargas, cerca de treinta este año, se reunirán en un lugar secreto, que sólo ellos, y quienes les ayudan a vestirse, conocen de antemano. Por lo nevado del terreno, probablemente este año se trate de una taina cercana al caserío de Almiruete.
A las 16 horas, sonará el cuerno de toro para anunciar la llegada de los botargas a las calles de Almiruete. De nuevo será Miguel Mata, uno de los veteranos que rescataron la tradición en 1985, quien lo haga sonar desde algún altozano del pueblo.
Las blancas indumentarias de botargas y mascaritas contrastarán con el negro de los edificios, en drástico contraste. De acuerdo con un recorrido establecido al que darán dos vueltas, siempre en sentido contrario al de las agujas del reloj, igual que lo hacen las borrascas invernales que afortunadamente están dejando agua y nieve este invierno, circuirán el pueblo. Después de la segunda, recogerán a las mascaritas, que este año serán al menos otras veinte. Su atuendo es completamente diferente, menos rudo, y protagonizado por esas flores que fabricaban juntos los almiruetenses. Ya juntos, emparejados, botargas y mascaritas, siempre como lo hacen las borrascas, darán otras dos vueltas más al pueblo. En la última, soltarán en una bellísima lluvia de colores el confeti y las pelusas, para traer fertilidad a la tierra, y suerte a los asistentes. Y quizá este año vuelvan a salir como el pasado, los otros tres personajes del carnaval: el oso, la vaquilla y el domador, antes de que el botillo vuele por los aires, al son de la dulzaina.
Durante la celebración del carnaval, los voluntarios informarán al público sobre las tradiciones y sobre la necesidad de respetar el recorrido y el libre paso de los botargas y mascaritas por las calles de Almiruete, con el fin de mantener intacta la celebración. Para los que han vivido en el pueblo una vida pobre, el carnaval está cargado de sentimientos, porque representa la forma de vida de quienes les precedieron, que sus herederos tienen la obligación de preservar con cariño, respeto y admiración hacia ellos.
Eugenio Esteban, alcalde de Tamajón, municipio al que pertenece Almiruete, estará presente, un año más, en el carnaval, acompañando a los vecinos de la localidad. “Por mucho que acudamos cada año, no deja de impresionarnos esta celebración, estallido de color y de vida, que los almiruetenses han sabido rescatar, conservar y transmitir. Para los agalloneros el carnaval de Almiruete es un orgullo, al tiempo que una visita obligada por su estética sobresaliente, por su significado y por el ejemplo que da de amor por las tradiciones y por la tierra”, afirma el regidor.