Braulio Carlés, responsable de ACCEM: “Se están dando unas 3.000 comidas diarias cuando normalmente se rondan las 250”

18/08/2020 - 10:51 Raquel López

La labor de las asociaciones y las ONG está siendo fundamental en esta crisis social y sanitaria

Las cifras de pobreza y exclusión social en España ya eran alarmantes antes del estado de alarma, más de 12 millones de personas se encontraban en riesgo de pobreza según el INE (Instituto Nacional de Estadística). Aunque sin cifras exactas aún, es un hecho que la crisis sanitaria también ha ocasionado una crisis social y económica que ha hecho que aumente el número de personas vulnerables. Esto ha supuesto un aumento del esfuerzo de ONG y organizaciones como Cáritas. Nueva Alcarria ha  tenido la suerte de  contactar con Braulio Carlés para conocer de primera mano la situación actual.  Braulio ocupó durante once años, y hasta hace apenas unas semanas el cargo de presidente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza en Castilla-La Mancha que ahora ocupa su  compañero Adolfo Patón Monge. Si bien, continúa como presidente del Tercer Sector  a nivel regional y es vicario espiscopal de la  Pastoral Social de la Diócesis Sigüenza-Guadalajara. Además de ser el repsonsable  de ACCEM (Asociación Comisión Católica Española de Migración) en Castilla-La Mancha. La ONG cuenta con una sede en Guadalajara (Calle Buenafuente, 11) y lleva a cabo un sinfin de proyectos. Actualmente gestionan centros de menores y jóvenes, como el Centro de Información Juvenil de Brihuega. Y asisten a los más mayores, con proyectos como SEPAP MEJORA-T que les proporciona servicios de fisioterapia, terapia ocupacional o atención psicológica, entre otros.  Aunque durante la crisis sanitaria ha sido fundamental el Proyecto Como en Casa que facilita servicio de comida a domicilio a las personas mayores que así lo requieren. Todo sin olvidar la protección y acompañamiento que ofrecen a inmigrantes, refugiados y desempleados, con atención sociolaboral.        

 

¿Cómo ha afectado la crisis del Covid-19 a la actividad de ACCEM en Guadalajara? 

Todo se ha desarrollado con relativa normalidad. Lo primero que hicimos fueron test rápido, algunos dieron positivo aunque luego resultaron estar bien. En este momento hay que buscar la precaución y el cuidado en todo lo que se hace, pero también la mayor normalidad. Y así estamos llevando la comida a los pueblos y desarrollando todos los proyectos. Es verdad que hay personas que están haciendo teletrabajo, cuando su puesto lo permite. Pero para la gente que trabaja en el Centro de Migraciones de Sigüenza o en los Centros de Menores es algo inviable.Siguiendo los protocolos que tanto la organización como el Gobierno nos marcan vamos asumiendo el día a día. El ámbito social, lo relacionado con las personas, con la sociología es cambiante, por eso el tercer sector tiene que ser un poco camaleónico siempre. 

 

¿Se han habilitado nuevos espacios para acoger y atender más gente?

Sí, aqui en Guadalajara el IES Brianda de Mendoza y el Colegio Badiel han ayudado a gestionar la situación y el reparto de comida. Hay que cambiar en función de los tiempos. 

 

Hasta ahora tenían comedores, ¿cómo están gestionando el reparto de comida ahora?

En el reparto de comida hay que mencionar que también se ha modificado la forma de actuar. Normalmente vienen a los comedores a diario, ahora un día a la semana vienen a recoger comida en crudo para toda la semana. Excepto para aquellos que no tengan medios para calentarla, sea por el motivo que sea. 

 

¿Han suministrado también mascarillas y gel hidroalcohólico? 

Sí, hemos tenido que hacer un reembolso bastante importante, aunque también hemos recibido donaciones de este tipo de materiales. Y poco a poco las administraciones nos van dando respuesta en este sentido.

 

¿Han tenido algún caso positivo en los centros que usted gestiona? 

Gracias a Dios no hemos tenido ningún caso. Ni en la residencia que gestiona Cáritas ni en las de ACCEM. Pero sí que teníamos preparado el protocolo, por si en algún momento hay que aplicarlo. De tal forma que es verdad que cuando alguien ha tenido febrícula, fiebre o algún síntoma del Covid-19 se le ha puesto en cuarentena. Una vez realizado el test y obtenido el negativo se ha seguido con normalidad. Hemos aislado a la gente buscando la prudencia que te comentaba. Nadie está libre, nos pueden venir casos y es un tema aún muy desconocido para todos, aunque haya avances. 

 

Por tanto, ¿considera que se trata  de una crisis social y económica, además de sanitaria?

Esto es otra realidad. La primera crisis ha sido sanitaria, pero hay otras dos, la social y la económica. A veces nos quedamos en la económica, porque afecta al dinero. Pero no podemos olvidarnos de la social, porque afecta a las personas, a las personas con dificultades. Si nos olvidamos de esta última, las otras dos se van a ver resentidas.

 

¿Se ha tenido que paralizar algún proyecto o iniciar otros para cubrir nuevas necesidades generadas por el Covid-19? 

Ha habido modificaciones en los proyectos. Por ejemplo, en los proyectos de envejecimiento activo que promocionan la actividad física y la salud mental entre los mayores del medio rural, no han prestado servicio diariamente, ni han reunido a los grupos habituales de gente. No era el momento de hacerlo, pero sí se ha seguido atendiendo diariamente telefónicamente, de forma muy personalizada. Haciendo un seguimiento muy minucioso, sabiendo quién estaba sano y quién no, quién había contraído el virus y quién no, etc. Esta situación ha exigido reconversión de los programas. Además hemos impulsado proyectos con más fuerza como el Plan Integral que llevamos desde ACCEM con Cáritas. Y que está  dando unas 3.000 comidas diarias, cuando en circunstancias normales se rondan las 250. Evidentemente esto requiere de una reformulación del proyecto. 

 

Me imagino que esto ha hecho que económicamente los gastos se hayan incrementado muchísimo. 

Muchísimo,  date cuenta que si estamos sufriendo todos, la persona que está en riesgo de exclusión social, mucho más. También ha habido muchas familias que andaban justas y entre los ERTE y los despidos se han encontrado en situaciones de absoluta pobreza. No hay dinero en casa y hay que seguir pagando la hipoteca. En este sentido estamos encontrándonos con críticas, del tipo “es que hay gente que viene a recibir comida que tiene un coche normal”. Claro que tienen un coche normal, como nosotros, pero lo que no saben es que vivían al límite y ahora se han quedado con cero ingresos por la crisis. Y se ven obligados a recurrir a prestaciones y servicios como es el Plan Integral o Cáritas Parroquial. Es una situación de pobreza de la cual nadie está libre.

 

¿Han contado con alguna ayuda económica “extra”? 

Diputación ha seguido colaborando de forma muy importante, como siempre, y el Ayuntamiento de Guadalajara también ha sido fundamental.  Aunque siempre nos hace falta mucho más, las ayudas que prestan son necesarias y muy importantes, pero hay que impulsarlo todo. En estos momentos no podemos pensar eso de: “¿Cuánto necesitas? ¿Cuatro? Te doy  tres y apañatelas”. La fórmula actual debería ser: “¿Cuánto necesitas? ¿Cuatro? Te doy cinco”, porque en estos momentos no sabemos lo que realmente se va a requerir. Ahora mismo todas las políticas sociales tienen que ser generosas. 

 

Al fin y al cabo, ¿no son las personas más vulnerables un importante foco de contagio? Las medidas de higiene pueden verse limitadas por su situación. 

Lo que es en nuestra provincia ha habido una actividad de coordinación muy importante del Ayuntamiento de Guadalajara, Cáritas y aportación de material de Cruz Roja. Esta situación va a afectar más al más pobre, esto es evidente, pero no quiere decir que el  más pobre sea el más contagioso. Esto también ocurre, la gente se aisla del que tiene una situación más limitada, se despierta recelo. Pero también estamos viendo que hay gente con una vida más “normal” que está pasando el coronavirus y se le está tratando como si tuviese la lepra.  Igual que aquel que tiene anticuerpos parece que tiene “la llave de seguridad”. Se están generando situaciones muy extrañas, incluso egoístas. Yo pensaba que esta situación iba a sacar lo mejor de cada uno, y durante un tiempo también ha sacado lo mejor, sí. Pero en este momento hay quien vuelve a sacar lo más egoísta, vuelve a hacerse realidad ese dicho de la postmodernidad de “sálvese quién pueda”,  la gente se aisla para evitarlo. Por otro lado, hay quién hace como que aquí no está pasando nada, de lo que se acusa a los jóvenes. La cuestión es siempre buscar culpables, y en esta ocasión hemos elegido a los jóvenes y a los inmigrantes, y yo creo que nos estamos equivocando por completo.   

 

¿Cuál es la clave entonces para afrontar esta situación?

El tema nos afecta a todos. Tenemos que poner “toda la carne en el asador”, por encima de ideologías, políticas, por encima de religiones... tenemos que trabajar todos juntos. Y si no lo hacemos así, creo que nos estamos equivocando. Hay que actuar en clave de generosidad. 

 

¿Qué formas de ayudar tienen los vecinos de Guadalajara? ¿Cómo se puede colaborar? 

Por ser muy conciso, a través de las donaciones, tanto económicas como en especias, muy necesarias. Y a través del voluntariado, dedicando tiempo. En este sentido, al principio del estado de alarma, al ser recomendable permanecer en casa no quisimos movilizar a voluntarios para evitar contagios. Pero muchos jóvenes y gente que se encontraba parada se ofreció a colaborar.