Bujarrabal reabre su iglesia tras un cuarto de siglo ‘cerrada’ por obras
Una inyección de 100.000 euros supuso el empuje definitivo a la rehabilitación de este templo del Renacimiento.
IMÁGENES: Jesús Carrizo
La iglesia suele ser el edificio más importante de un pueblo. De él se sienten orgullosos los lugareños. Es su monumento, del que poder presumir ante los forasteros. Y, por suerte, son muchas las ocasiones en las que ese templo se gana por derecho propio el título de lugar de interés. Es el caso de Bujarrabal, pequeña pedanía de Sigüenza que acaba de recuperar su iglesia. Recuperar en el sentido más literal, pues hacía 25 años que este edificio permanecía cerrado por obras. Y no es que hayan sido las de El Escorial, sino que no ha sido fácil conseguir la financiación necesaria para reabrir las puertas de uno de los ejemplos más bellos del Renacimiento en la provincia.
En esta última actuación, la definitiva, finalizada hace un par de meses, se han saneado los muros que presentaban importantes humedades, se ha rehabilitado el pavimento, plagado de agujeros que dejó una intervención previa, se han recuperado las piedras, las bóvedas, el coro y la columna, así como los arcos de la entrada a la capilla, entre otras cosas. En total, nada menos que 98.000 euros procedentes en parte –50.000 euros– del convenio entre la Diputación provincial y la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara para la rehabilitación de iglesias. Otros 30.000 euros vinieron de la Asociación de Baldío de Bujarrabal; el Ayuntamiento de Sigüenza donó 3.000 euros y el resto lo aportó el pueblo.
El delegado de patrimonio de la Diócesis, Miguel Ángel Ortega, califica como “especial” el día de la reapertura de la iglesia de Santa María de Bujarrabal, el domingo 7 de agosto, coincidiendo con las fiestas patronales en honor a Santa Yocunda. “Fue muy emocionante, había mucha gente mayor que recordaba cómo era tener iglesia en el pueblo, pero los más jóvenes no habían tenido esa suerte y ni siquiera la habían visto funcionando”. Bautizos, bodas, comuniones, funerales, fiestas que no se pudieron celebrar en esta bella iglesia. De ahí que el pueblo entero acudiese a la misa de inauguración, coincidiendo con las fiestas patronales de Santa Yocunda Mártir.
El camino hasta aquí no ha sido fácil. Después de 25 años cerrada la iglesia, un cuarto de siglo en el que las ceremonias religiosas se trasladaron a la ermita del pueblo, en honor a la Virgen de los Dolores, fue el propio Ortega cuando, al asumir la Delegación de Patrimonio, se fijó como objetivo la rehabilitación de la iglesia. “Quizá, si se hubiera actuado antes, la obra no habría sido tan grande, pero había pasado mucho tiempo y había mucho por hacer”. Así, con el interior de la iglesia recuperado, y dado que el exterior ya había sido reformado hace varias décadas, el templo está listo para convertirse nuevamente en el centro de la localidad.
Eso sí, en el interior llama la atención el impresionante retablo, del siglo XVI, al igual que la iglesia. “Las tablas se restauraron hace tiempo, pero está pendiente el relieve o mazonería”. Eso, reconoce, se abordará ya dentro de unos años. “Si no se consiguiera, no pasaría nada, pero una vez que tienes el interior prácticamente nuevo, es algo que habrá que abordar”, apunta el delegado de Patrimonio. .
Y es que esta iglesia de Santa María de Bujarrabal puede ser considerada una “joya renacentista” gracias, precisamente, a que “apenas” ha sido modificada. “La estructura está tal cual como se concibió en su día. Y si a eso sumamos el retablo, tenemos un monumento del mejor renacimiento en la provincia, tanto el inmueble como el mueble”, asegura Ortega.