Carpintero Barrena publica un libro sobre y para el recuerdo


´Programas de las fiestas de san Roque. Sigüenza (1926-1985)´ incluye un notable despliegue de dibujos, fotografías y composiciones artísticas sobre numerosos motivos seguntinos 

Un libro para el recuerdo. El seguntino Luis-Gonzalo Carpintero Barrena, apasionado amante de la cultura y la historia de su ciudad natal, hombre inquieto y luchador que lleva en la sangre el noble arte de imprimir, acaba de publicar el segundo tomo de su obra Programas de las fiestas de san Roque. Sigüenza (1926-1985). Un atrayente y hermoso volumen de amplio formato, rebosante de generosas y cuidadas ilustraciones, editado en lujosa composición por Gráficas Carpintero, la imprenta familiar que fundaron sus padres allá por año 1944. Una admirable y fecunda labor documental.

Luis-Gonzalo, querido y viejo amigo, es un personaje polifacético siempre ocupado en mil afanes. Una vez jubilado, tras trabajar durante más de cuarenta años en el sector bancario, los veinte últimos como apoderado-subdirector de la sucursal seguntina del Banco de Santander, sin abandonar nunca sus actividades en artes gráficas y encuadernación, se torna en un notable y ordenado coleccionista. En su hermoso ático-torreón seguntino, de aragonesas trazas, al tiempo biblioteca, estudio y museo, conserva con mimo un valioso y escogido fondo bibliográfico: libros, monografías, revistas, periódicos, carteles y programas de fiestas acerca de la ciudad de Sigüenza y de otros lugares de Guadalajara. 

Nuestro personaje atesora igualmente una inestimable colección numismática, formada por billetes y monedas de más de doscientos países, amén de incontables fotografías por él tomadas, y un muy significativo acervo de ediciones de la novela cervantina Don Quijote de la Mancha traducida a distintas lenguas, entre otras el japonés, el ruso o el noruego, adquiridas durante sus viajes al extranjero en compañía de su esposa. Picaportes antiguos, de las más diversas formas, llaves de hoteles, postales, abrecartas, llaveros y un sinfín de curiosos objetos, que su dueño muestra gustoso a quienes gusten contemplarlos, colman vitrinas y anaqueles. 

Al espigar en las trescientas cincuenta páginas del nuevo libro de Carpintero Barrena, el asombrado lector descubre un oculto escenario de entusiasmos y afectos. Envejecidos recuerdos, que se juzgaban olvidados, renacen gozosos a través de una antología de antiguas ilustraciones coloristas y populares, ahora digitalizadas, que muestran la alegría y el compromiso de los seguntinos con las fiestas patronales y veraniegas de san Roque. Un brillante mosaico de emociones. Una envidiable andadura visual en donde puede ser leída la intrahistoria íntima y cambiante de la ciudad de Sigüenza, durante una gran parte del siglo pasado. 

En el inicio del recién nacido volumen, el detallista y paciente autor, en acertada decisión, vuelve a reproducir las cuarenta y nueve portadas de los programas de fiestas publicados a lo largo de seis décadas, entre los años 1926 y 1985. Reclama nuestra atención el notable despliegue de dibujos, fotografías y composiciones artísticas sobre una infinidad de alegres y tradicionales motivos: panorámicas de la ciudad y de sus conocidos monumentos, los siempre centelleantes fuegos artificiales, los encierros y las corridas de toros, el alborozo de peñas y corrillos, damas con abanicos y mantones o la exaltación de los trajes regionales. 

Tras este preludio, recordando populares himnos y gozos, Luis-Gonzalo glosa las figuras de los santos patronos de Sigüenza: san Roque, cuyo patronazgo se remonta siglos atrás, y la virgen de la Mayor, bella imagen de origen románico venerada en el altar del trascoro de la catedral seguntina, cuya cofradía refrendada por el obispo Fadrique de Portugal en el acabar del decimosexto siglo. Merece un apunte el grandioso rosario de faroles, de cristales policromados, que embellece la procesión agosteña de la virgen de la Mayor desde el año 1928, popular acontecimiento declarado de interés turístico regional.

Los anuncios y reclamos publicitarios de los industriales y comerciantes de Sigüenza, insertados a petición del ayuntamiento para sufragar el coste de los festejos veraniegos, ocupan la mayoría de las hojas de los programas  compilados por el tenaz investigador. Con una publicidad ingenua y sencilla, dan cuenta y razón de los negocios, profesiones y servicios, la mayoría de ellos de carácter familiar, de la Sigüenza de aquellos tiempos. Oficios y quehaceres ya desusados nuevo resuenan con fuerza entre los vecinos de la ciudad mitrada: cantineros, barberos, guarnicioneros, sastres, alpargateros, drogueros, abaceros, cordeleros…

A modo de un gran repertorio, en uno de los capítulos del libro, la laboriosidad de Carpintero rememora, punto por punto, el contenido de los programas analizados. Desfilan ante los lectores fastos y festejos, muchos de los cuales perduran en nuestros días: las actuaciones de la banda municipal, los bailes y verbenas, el tañer de las campanas, la magia infantil de los gigantes y cabezudos, las variadas actividades deportivas, la solemnidad de las funciones religiosas, las corridas de toros o el centellante serpentear de los fuegos artificiales.

Luis-Gonzalo Carpintero se detiene en recopilar algunas de las colaboraciones literarias, artículos, comentarios o poemas, escritas para los programas de fiestas por conocidos escritores y ensayistas. Entre otros, figuran los cronistas guadalajareños Manuel Serrano Sanz y Francisco Layna Serrano, el recordado doctor Juan Antonio Martínez Gómez Gordo, primer cronista oficial de Sigüenza, el poeta Bernabé Herrero, los periodistas seguntinos Eduardo Olmedillas y el canónigo Hilario Yaben, los catedráticos Manuel y Antonio Fernández Galiano, el popular médico y escritor Alfredo Juderías o Agustín de Figueroa, marqués de Santo Floro.

Mención especial merece el capítulo dedicado a los carteles de las corridas de toros y becerradas celebradas en Sigüenza, tanto en las fiestas de san Roque, como en las antiguas de san Juan, san Lorenzo o santa Librada. Treinta y siete carteles escogidos entre los muchos coleccionados por el autor, que evocan los antiguos cosos portátiles de la plaza Mayor, de la huerta de los Bolos, del prado de san Pedro o del corralón de Hospicio, hasta llegar a la moderna plaza de toros inaugurada en el año 1987.

Las fotografías de las reinas de las fiestas y damas de honor, mayores e infantiles, nombradas desde el año 1973, rostros de juveniles ilusiones; la relación puntual de los alcaldes y concejales de cada una de las corporaciones municipales de los años estudiados; el escudo de armas de Sigüenza, y el recuerdo gráfico de las remotas ferias de ganado, celebradas durante una semana en los meses de mayo, por san Mateo, y de octubre, por san Francisco, completan y enriquecen el segundo tomo de Programas de las fiestas de san Roque. Sigüenza (1926-1885). Una excelente obra gráfica y literaria de Luis-Gonzalo Carpintero Barrena, un libro de amena y obligada lectura y consulta. Sin duda, estamos de fiesta.