Casaguapa, una forma de “jugar a ser de pueblo” en pleno corazón del Alto Tajo

17/06/2022 - 15:20 Alberto Moreno

El pueblo es beber agua fresca del caño, recoger moras en verano y setas en otoño, pasear hasta el Pino Molino al atardecer, jugar a la chueca, tomar los botijos de cerveza casi helados en el bar de las escuelas y salir a la puerta con la silla.

 

Es buscar ranas en El Espinar. Es la camioneta de la fruta recorriendo las calles y el olor a huerto encerrado en una bolsa de verduras que un paisano te trae a casa.
Y como no, esas bicicletas tiradas por el suelo que son muestra de confianza, alegría y libertad.

Así se sencillo y al mismo tiempo de explícito y concreto define su pueblo, Armallones, Yolanda Temprado. Su amor por la naturaleza, por el entorno del Alto Tajo y sobre todo por su pueblo, la ha animado a dar un giro a su vida, de forma radical. “Yo he sido niña de ciudad que venía los veranos al pueblo y eso se queda para siempre. He estado muchos años sin venir y cuando tuve a mis hijas decido volver al pueblo porque quería que los veranos de mis niñas fuesen de pueblo”, relata.

Y en esa vuelta a sus raíces, Yolanda restauró la casa de su padre. “Primero veníamos los fines de semana de invierno, después en Semana Santa, luego en verano...  esto se convirtió en mi pasión y me impliqué mucho con la zona”, comenta al tiempo que recuerda cómo participó en la fundación de una asociación cultural, la federación y la puesta en marcha de la revista del Alto Tajo.  Pero Yolanda aún se involucró más: “En ese tiempo mi marido y yo nos enamoramos de una casita frente a la iglesia; nos apetecía recuperarla. Compramos esta y la colindante. Finalmente hubo que demolerla y construir de nuevo”. Así nació Casaguapa. Es su nuevo proyecto, el del alquiler rural. “Fue un giro en mi vida, trabajaba en el mundo de la moda y viajaba por todo el mundo. Ahora estoy haciendo otra cosa, me he pedido esto ahora, y estoy encantada”, señala.

Casaguapa está formada por dos apartamentos rurales, uno con capacidad para seis personas y el otro para cuatro. Ambos están perfectamente equipados con sus dormitorios, salón, cocina, baño, patio con barbacoa... y “un trocito de cielo”, dice la emprendedora.

Se trata de un proyecto orientado principalmente a familias y grupos de amigos que pretendan disfrutar de un fin de semana en plena naturaleza, con el encanto del Alto Tajo y a un paso de Guadalajara, Madrid o Cuenca

Este proyecto ha contado con la aportación de los fondos Leader que han sido gestionados por la Asociación de Desarrollo Rural Molina de Aragón-Alto Tajo, subvencionando algo más del 40 por ciento de la inversión. “Sin su ayuda no hubiéramos podido hacer frente a este sueño”, dice Yolanda y afirma que “hay que recurrir a  estos grupos porque se ponen a tu entera disposición y solo hace falta tener ideas. Su atención es perfecta. Estoy encantada con su atención y su ayuda”. 

Si los últimos retoques lo permiten este fin de semana Casaguapa tendrá su estreno oficial. A partir de entonces, en esta espectacular zona del Alto Tajo se podrá “jugar a ser de pueblo”, como define nuestra protagonista. Porque de eso trata Casaguapa, de “salir, de respirar, de hacer caminatas grandes o no hacer nada, bajar a la plaza a esperar la furgoneta del pan o el camión de la fruta. Es jugar a ser de pueblo, como esa niña de pueblo que he sido yo”.

“Esta es una casa guapa porque me hace feliz y para mí es muy guapa y así te vas a sentir cuando estés aquí”, continúa y añade que su principal idea de toda esta aventura es que “el que venga, que interactúe con la gente del territorio y si entre medias a alguien le gusta ser de pueblo, que se venga a vivir”.