Castil de Griegos, patrimonio arqueológico en continuo proceso de descubrimiento
Tras las fuertes inversiones de 2016, el yacimiento acogerá en julio nuevas excavaciones.
El patrimonio arqueológico de la provincia de Guadalajara tiene numerosos ejemplos dignos de mención. Uno de ellos es el castro celtibérico de Castil de Griegos, en Checa. Y para mejorar la llegada de los visitantes y que pudieran sumergirse en su maravillosa historia, el Ayuntamiento de Checa, con la colaboración de la Asociación Cultural San Bartolomé y la Asociación Juvenil Urbiaka, impulsaron mejoras en el acceso, el acondicionamiento, la restitución volumétrica, señalética y difusión didáctica. Fue un impulso a la recuperación de este asentamiento celtibérico, que actualmente es totalmente visitable y que para este año afrontará una nueva fase de trabajos. Porque el Ayuntamiento de Checa, con la ayuda económica en este caso de la Diputación provincial, arrancará en julio los trabajos de excavaciones que permitirán recuperar la fragua y el taller de cuentas de pasta vítrea. “La pasta vítrea era casi como el oro, se utilizaba para hacer joyas. Y se pensaba que venían desde África, pero el objetivo es recuperar ese taller y demostrar que se fabricaba aquí. Tendrá bastante repercusión a nivel científico”, explica el alcalde, Jesús Alba, que está entusiasmado con este nuevo paso adelante y por demostrar que un yacimiento puede ser un “revulsivo” para un pueblo y su comarca.
Pero en cuanto a ese primer impulso con ayuda del Leader, la inversión del proyecto ascendió a 69.700 euros, de los que el 74,7 por ciento (52.101 euros) procedieron de una ayuda de la Asociación de Desarrollo Rural Molina-Alto Tajo. La finalidad se concretó en dos aspectos perfectamente interrelacionados: la recuperación y preservación del patrimonio arqueológico y por tanto cultural de la comarca y, por otro lado, su puesta en valor para su promoción y difusión y, por ende, participar en el desarrollo de uno de los sectores de actividad con mayor potencial en este espacio rural, esto es, el turismo. Asimismo, el Grupo de Desarrollo Rural entendió que este proyecto tenía una notable proyección en buena parte de la comarca, ya que no se delimita de forma exclusiva al municipio de Checa.
Reconstrucción.
Asimismo, la iniciativa perseguía el mantenimiento y conservación de los recursos rurales y el uso y la utilización responsable de los mismos. Y es que el patrimonio cultural en el medio rural supone una parte notablemente importante de los recursos presentes en este espacio y cuya preservación precisa tanto de labores de recuperación, mantenimiento y, fundamentalmente, de puesta en valor, promoción y difusión. Porque es a través de este conjunto de acciones con las que tanto visitantes como población local adquiere un conocimiento más profundo de estos recursos patrimoniales.
La necrópolis, el origen
Este yacimiento arqueológico fue toda una sorpresa para los vecinos. Fue en 2005 cuando se encontró la necrópolis por casualidad tras unas labores en el campo. Entonces se consiguió firmar un convenio con la Junta de Comunidades y se realizaron tres campañas de trabajos. Luego vendría el gran impulso económico del Leader, en 2016, que permitió habilitar accesos, aparcamientos, elaboración de trípticos y, de esta forma, poner Castil de Griegos en total disposición de ser visitado y disfrutado por los amantes de la arqueología, la historia y, en definitiva, la naturaleza. Ahora, todas las esperanzas están puestas en los trabajos de este verano, pero entre medias también hubo inversiones procedentes de crowdfunding, voluntarios que trabajaron por amor al arte, nunca mejor dicho, y una inversión del famoso Plan E. De hecho, como recuerda el alcalde, “fuimos el único pueblo que gastó su parte del Plan E en recuperación del patrimonio”. Esto es sólo un ejemplo de la importancia de Castil de Griegos para el municipio y su comarca, pero también para la provincia de Guadalajara.
Porque no podemos olvidar que Castil de Griegos, emplazado en una zona de frontera, fue un asentamiento habitado durante más de seis siglos: titos, lobetanos, olcades o carpetanos han sido algunos de los pueblos que habitaron estos territorios, aprovechando los espacios interfluviales para asentarse y, en función de dinámicas internas o por enfrentamientos bélicos con otros pueblos, expandirse, contraerse o desaparecer, con la consiguiente evolución de las fronteras.
El castro celtibérico se levanta junto a una importante vía de comunicación natural utilizada desde la Prehistoria. La abundancia de agua, pastos y bosques en el entorno circundante, junto a importantes recursos minerales, como el hierro, el cobre y la plata, posibilitaron el asentamiento de los primeros pobladores de Castil de Griegos a inicios de la Edad del Hierro. La importancia del emplazamiento se vio reforzada con la construcción de un complejo sistema defensivo concebido para salvaguardar a sus pobladores y a las actividades productivas. Tanto la monumentalidad de sus defensas como la funcionalidad del poblado, convierten a Castil de Griegos en un referente de la cultura celtibérica en el Alto Tajo.