Castilla-La Mancha, clave en la transición energética en España

29/11/2019 - 12:44 Redacción

Los avances de las renovables en España han permitido el desarrollo de un tejido industrial local, capaz de competir con otras compañías a nivel mundial.

El cambio climático es un hecho incontestable y la lucha por combatirlo es tarea de todos los implicados en el proceso de cambio hacia una economía descarbonizada, basada en energías renovables. Iberdrola, que ha invertido cerca de 100.000 millones de euros en energías limpias, redes inteligentes y almacenamiento desde 2001, ha asumido el compromiso de abanderar la transición energética en España. En este contexto, Castilla La Mancha avanza como referente de un nuevo modelo energético más sostenible y competitivo. 

Iberdrola está convencida de que la transición hacia un modelo energético sostenible, basado en energías renovables, que contribuya a la lucha contra el cambio climático, va generar importantes oportunidades socio económicas, industriales y de generación de empleo en España. 

La compañía se ha propuesto liderar la transición energética en el país, redoblando sus inversiones, con el objetivo consolidarse como la principal compañía renovable -ya lo es con más de 16.000 megavatios (MW) instalados en parques eólicos, centrales hidroeléctricas y plantas fotovoltaicas- y contribuir, así, a la descarbonización de la economía.

Un claro ejemplo de esta apuesta se encuentra en Castilla-La Mancha, donde promueve desde hace dos décadas proyectos renovables de referencia en el país. En la actualidad, gestiona un total de 56 parques eólicos en las provincias de Guadalajara, Cuenca, Toledo y Albacete, con una capacidad instalada de 1.835 MW, lo que supone que 1 de cada 2 megavatios en la región han sido instalados por Iberdrola.

 

Nueva apuesta renovable en la región 

La ambición por liderar la transición energética y hacer realidad un modelo energético más sostenible y competitivo, hace que Iberdrola continúe avanzando en su estrategia renovable en Castilla-La Mancha, donde tiene en la actualidad en tramitación cuatro proyectos fotovoltaicos, con una capacidad instalada total de 250 megavatios (MW). 

Dos de ellos, Romeral y Olmedilla, están situados en las localidades conquenses de Uclés y Valverdejo y contarán con 50 megavatios (MW) de potencia instalada cada uno. En Toledo, Iberdrola ha proyectado la planta fotovoltaica de Barcience (50 MW), en Bargas; y en Ciudad Real, desarrollará un singular proyecto en el municipio de Puertollano, de 100 MW de capacidad. 

Puertollano II aúna varios elementos innovadores, tanto desde el punto de vista tecnológico, como por la capacidad de almacenamiento de este proyecto renovable. La instalación dispondrá de paneles bifaciales, que permitirán una mayor producción, al contar con dos superficies sensibles a la luz, dotándolo además de una mayor vida útil. Asimismo, la planta ha sido diseñada con inversores en cadena, que mejoran el rendimiento y permiten un mayor aprovechamiento de la superficie.

El proyecto contará con un sistema de almacenamiento, con el que se conseguirá una mayor gestionabilidad de la planta y la optimización de las estrategias de control. El sistema de baterías (con una potencia de 5 MW), dispondrá de una capacidad de almacenamiento de 20 MWh. 

 

 

Plan de relanzamiento de energías limpias en España 

Estas actuaciones responden al plan de inversión de Iberdrola en energías renovables que la compañía ha proyectado en España, con el que prevé la instalación de 3.000 MW nuevos hasta 2022. Hasta 2030, las previsiones de la compañía apuntan a la instalación de 10.000 nuevos MW. Estas actuaciones permitirán la creación de empleo para 20.000 personas. 

En España, Iberdrola es líder en energía renovables, con una capacidad instalada de más de 16.000 MW; un volumen que en el mundo se eleva a más de 30.300 MW y convierte a su parque de generación en uno de los más limpios del sector energético.

La apuesta de Iberdrola por un modelo económico descarbonizado le ha llevado a comprometer inversiones de 34.000 millones de euros en el mundo hasta 2022, en energías renovables, redes de distribución eléctrica robustas e inteligentes y tecnologías de almacenamiento.

 

La eólica y el empleo 

España es un ejemplo en el mundo del desarrollo de energía renovable, especialmente eólica. Con 23.484 MW de potencia instalada, nuestro país se sitúa como el quinto del mundo por capacidad eólica instalada, tras China, Estados Unidos, Alemania e India. Esto ha permitido a España ser líder de esta tecnología, desarrollando un sector industrial local, capaz de competir con otras compañías a nivel mundial en todas las fases de la cadena de valor, desde la fabricación de equipos hasta los servicios de operación y el mantenimiento.

El sector eólico emplea a casi 24.000 profesionales -empleo cualificado-, siendo un motor de crecimiento para la economía del país. Sólo en 2018, esta industria aportó a la economía española más de 3.500 millones de euros -un 5,8% más que en 2017-; una cifra similar a sectores tan relevantes como el calzado o el vino. El sector también realiza un importante esfuerzo inversor en innovación, con más de 1.000 patentes eólicas presentadas en España desde 2004.

La tecnología eólica puede convertirse en un vector crítico en el proceso de transición energética en nuestro país, al haber conseguido cubrir ya el 20% de la demanda eléctrica y convertirse el pasado año en segunda la fuente de generación eléctrica en España. Pero la electricidad supone sólo un 25% del consumo final de energía en nuestro país, por lo que para llevar a cabo esta transformación es prioritario seguir incrementando la aportación eólica al mix eléctrico español y también electrificar otros sectores claves en nuestra economía, como el transporte.