
Celtas Cortos comparte la 'Esencia del Corazón' con 4.000 personas en Yebes
23/08/2015 - 16:32
Con 49 años cumplidos hace apenas un mes, Jesús Cifuentes sigue en plena forma. ¡Quién diría que lleva casi tres décadas en esto de la música! El carismático líder, como le definió en el escenario el gaitero de la banda Antón Dávila, regaló a los cerca de 4.000 seguidores que se dieron cita en la explanada de la Avenida del Asteroide Yebes una noche mágica repleta de instantes culminantes. No en vano, Cifu ya lo había advertido en los prolegómenos. Que el de Valdeluz iba a ser un concierto de compartir, de puños en alto, luchas, utopías, de hacer de nuestro día a día algo mejor para vivir en este territorio; en definitiva, ingredientes que resumió en la esencia del corazón. Y todo ello con un espectador de excepción en el horizonte, una Luna perfecta partida en dos mitades en un majestuoso cuarto creciente en el horizonte. Una vez más, Celtas Cortos lo habían vuelto a hacer para no dejar a nadie indiferente, a nadie insatisfecho. Y todos con ganas de más.
Con la desazón de que desde el minuto uno algún inoportuno de las primeras filas reclame en cada entrada el emblemático Cuéntame un cuento, Cifuentes volvía por sus fueros con esos alegatos de rebeldía, hartazgo e insumisión y la excusa de que pasaba por allí. Por si alguno le había perdido la pista, dejó claro que por él no pasan los años y que no ha extraviado un ápice de aquel carácter contestatario y reivindicativo que destilaba. Como en la presentación de Suelto lastre, uno de los temas incluidos en su último álbum Contratiempos y que fueron desgranando en monodosis. Un trabajo que ha sido parido con mucho esfuerzo, que ha visto la luz de manera independiente, explicó el cantante de Celtas Cortos, al que después de 29 años en la carretera le gusta explicar que en cuanto te sales de las multinacionales y de todo ese tinglado mafioso, estás absolutamente descalificado en las emisoras comerciales. Vamos, que te conviertes en invisible. Pero como tenemos la magia de la humanidad y de los corazones interconectados, eso hace posible que os lo podamos contar cara a cara y en vivo, proclamó Cifu, y esto es lo que hace visible y mágica nuestra profesión.
Haz turismo, No nos podrán parar, El emigrante o Tranquilo majete fueron servidos a modo de aperitivo para nostálgicos. De advertencia de que lo mejor estaba por llegar.
Como el impresionante solo de flauta que se marcó en los bises el gallego Antón Dávila y que fue la antesala de La senda del tiempo, uno de los temas más coreados. A veces llega el momento en que te hace viejo de repente (...). Jesús Cifuentes evidenció que él no es de los que se aplica ese cuento. O el inmortal 20 de abril, que llegó como por ensalmo, sin alharacas ni preámbulos. Así, como quien no quiere la cosa. Hora de aventuras es un flechazo en la vena emocional que en Contratiempos cuenta con la cálida y húmeda voz de María Rozalén. Un absoluto lujo en palabras del líder de Celtas Cortos, que para anunciar Escaparate nacional aseguró que era guay ver a muchas crías y críos en los conciertos, como en el de anoche en Valdeluz. Que es necesario hacer ejercicio de memoria histórica porque un tema como ese, que es anterior al Pleistoceno de nuestra discografía, es un espejo de nuestros días.
El inconformista Jesús Cifuentes no dejó títere con cabeza y recordó a los Blesa y Urdangarín, casos a los que asistimos ojipláticos pero también un poco impasibles en un país con casi cinco millones de parados, como si fueran cinco hermosos toros, cinco, en el que la caspa política ha destrozado ese concepto de lo público con la educación, la sanidad o la cultura, esas cosas que no valen para nada. Fue divertido ver a Dávila intentar hacer bailar la muñeira a los 4.000 incondicionales con el famoso tacón, punta, tacón de Os Resentidos. Como emotivo fue escuchar a Cifu decir que en la trayectoria de esa presunta profesión de titiritero que es la suya, hemos conocido y nos hemos cruzado con un montón de ojos, de sonrisas, de corazones, de esfuerzos, de lágrimas, de un montón de cosas que van en el cúmulo de nuestro corazón. Para zanjar que en la memoria, en el consciente o subconsciente, tenemos un tremendo álbum de fotos lleno de caras y sonrisas en el que estáis absolutamente todos los presentes y que sigue incrementándose. Fue en la presentación de Retales de una vida.
Y así, casi sin darse uno cuenta, se llegaba al final de una noche de añoranzas. De familias reunidas y de hijos sobre los hombros. De cámaras de móviles grabando a destajo para inmortalizar esos momentos del ayer. De imágenes subidas a las redes sociales para gritar eso de ¡yo estuve allí! Y claro, inevitable era que sonase el reclamado Cuéntame un cuento. Vosotros hacéis que este disco invisible sea algo visible, que podéis adquirir aquí al lado o si no bajarlo de internet. De cualquier manera, lo que nos llevamos hoy para casa es el testimonio de una caricia en nuestro corazón. ¡Nos vemos en los bares!. Fue la despedida de Jesús Cifuentes. E igual que llegó, se fue. Sin hacer ruido, de puntillas.
Una hora y media antes, Complejo de Electra reunía a una multitud de adeptos que disfrutaron de un directo limpio, armónico y equilibrado. Que demostraron que la suya no es una banda más de rock alternativo y que Antidisney es un regalo para los sentidos que está repleto de temas enérgicos, sensibles y comprometidos.