Cerca de 1.200 raciones de migas y gachas en la Plaza de la Hora para celebrar San Sebastián y San Antón

19/01/2025 - 20:36 Redaccion

Además, en la noche de ayer sábado, tuvo lugar la Ronda de los Quintos del año 2025, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial, que se celebra anualmente en torno a los días de San Antón y San Sebastián, este último, patrono de la villa ducal. Fueron doce los quintos y quintas que recibieron su visita.

En los primeros días de enero, Pastrana celebra dos fiestas locales, entrañables ambas, que este año, además, se han visto favorecidas por un sol radiante y temperaturas muy agradables, al menos a mediodía.

El viernes, 17 de enero, los pastraneros volvían a encender las hogueras en torno a la Ermita de San Antón, que también lo es de la Virgen del Val, localizada en la entrada norte a Pastrana. El párroco local, Emilio Esteban, bendijo a las mascotas, y los pastraneros degustaron allí mismo las caridades, bollos típicos del día del patrono de los animales. Acompañó el tiempo, y por ser además el comienzo del fin de semana, fueron muchos los vecinos de Pastrana  subieron a la ermita.

Ya el sábado, día de San Sebastián,  los pastraneros celebraron la fiesta del que, junto a Santa Teresa, es patrono de la villa ducal, con un par de días de antelación, puesto que la festividad, en 2025. Cae en lunes.

A partir de las 11 de la mañana, los dulzaineros de Guadalajara recorrían las calles de Pastrana paseando musicalmente la alegría del día en el que se iba a celebrar la Ronda de los Quintos, declarada fiesta de Interés Turístico Provincial. Lo llevan haciendo, invariablemente este día, desde hace 33 años, concretamente desde el año 1992, con la sola interrupción del año de la pandemia. “Nos tratan como si fuera nuestro pueblo, o incluso mejor. Estamos encantados de venir, a los mayos y a la fiesta de San Sebastián para tocar nuestra música castellana de dulzaina tradicional. Es un gusto que la gente se sume a las fiestas de los pueblos y que se llenen”, explicaba Gerardo Perela uno de sus integrantes del grupo, que lleva toda la vida tocando en Pastrana. En 1992, cuando su padre empezaba el grupo, él tenía 8 años.

A partir de las 14:00 horas, la Plaza de la Hora se cerraba para la degustación de gachas, migas y chorizo. Pastraneros y visitantes probaron la exquisitez en que los mayores del pueblo, ahora también renovados y animados por jóvenes cocineros locales en un hermoso trabajo intergeneracional, convierten el que era sustento principal de los pastores de La Alcarria. Desde hace unos años, el lugar de celebración se ha trasladado a la Plaza de la Hora, desde la Plaza del Deán, a partir de la recuperación del Convento de San Francisco, y también por el número creciente de personas que participan de la celebración. Cada comensal recibía, antes de pasar por los puestos, una bolsa con plato y vaso, pan, una naranja y servilleta.

El buen tiempo, y lo buenas que estaban unas y otras, han hecho que las de 2025 hayan sido una de las más concurridas de los últimos años. Se repartieron cerca de 1.200 raciones, que, además, pastraneros y visitantes compartieron en el corazón mismo del pueblo, en la Plaza de la Hora, aprovechando para ello las mesas que el Ayuntamiento había dispuesto en el entorno. Repartidas entre ellas había también vino. Uno de los cocineros más jóvenes era Juan Gabriel Ranera. “Agradecemos al Ayuntamiento de Pastrana el esfuerzo que hacen para organizar el evento y coordinar a los cocineros. Y por supuesto,  también a los pastraneros y visitantes que participan de la celebración”, explicaba. La receta no tiene ningún misterio. Es la tradicional castellana, con las gachas hechas con harina del almorta.

Este año han colaborado diecinueve cocineros y ayudantes, que ya estaban en danza a partir de las ocho y media de la mañana, en unas improvisadas candelas que instalaron en los adarves, después de un café. A esa hora, el termómetro no quería subir de los cero grados.  El más veterano de todos ellos fue Juan Nadador. “Voy a hacer 84 años, pero aquí estaré hasta morir”, decía ayer. No ha faltado nunca a esta fiesta patronal, a la que le guarda un enorme cariño.

A partir de las diez de la noche, salía la Ronda de los Quintos de Pastrana. Tradicionalmente, se había rondado a los mozos que ese año iban a cumplir el servicio militar. Después de la profesionalización del ejército, la costumbre cambió para rondar a los chicos, y también a las chicas, que llegan a la mayoría de edad. Este año han sido doce: Andrea de la Fuente, Sergio Manzano, Nuria Nadador, Inés Gumiel, David Pamies, Paola Manglano, Pablo Macarro, Alvaro Macarro, Amaya Wood, Guillermo Cámara, Carla Jiménez, Hugo Jabonero y Hugo Berrocal.

La Ronda  partía del Ayuntamiento, recogiendo allí al alcalde, Carlos Largo. Sus músicos, doce en la actualidad, entre voces, guitarras, laudes y bandurrias, pedían permiso al regidor para iniciar la ronda. Una vez recibido, recorrieron después todos los barrios de la villa, empezando em la dirección del Albaicín, para seguir por el Melgar, La Castellana, y terminar en pleno centro de Pastrana, de acuerdo con las casas de cada uno de ellos, como marca la tradición.  Los músicos buscaron, siguiendo el recorrido, las fachadas y balcones donde viven los quintos y quintas del año, a los que les cantaron las jotas y seguidillas de picadillo, típicas de Pastrana, como esa que dice “El Palacio de Pastrana, es de piedra y pesa mucho, y el que no quiera creerlo, que venga y lo coja a pulso”.  La Ronda adapta las letras de las coplas a los nombres de los protagonistas, y de sus padres. Un momento muy emotivo de la noche fue volver oír cantar seguidillas y jotas a Francisco Gumiel, antiguo componente de la Ronda,  cantando a su nieta, una de las quintas, ante la emoción de todos los asistentes. Igualmente fue muy emotivo el momento en el que se arrancó a cantar seguidillas una niña, Inés Pérez, de solo cinco años, uniendo en la ronda a tres generaciones: abuela hija y nieta.

Las coplas se cantaron, en plena calle y desafiando el frío nocturno, hasta las tres de la madrugada. Los padres de los homenajeados ofrecieron bollos, un caldo calentito, chocolate, y un trago, para  hacer entrar en calor a los cantantes y al acompañamiento. El origen de la Ronda de Pastrana tiene siglos de antigüedad. “Yo ya oía hablar de la Ronda a mi abuelo”, cuenta Javier Gumiel, uno de sus integrantes, que, como en otros muchos momentos del año sostiene, practicando con el ejemplo, que “Pastrana debe seguir conservando sus tradiciones”.

El alcalde de Pastrana, Carlos Largo, que ha trabajado junto al equipo de gobierno a lo largo del fin de semana para que los pastraneros pudieran disfrutar de la fiesta, daba las gracias a los voluntarios de Pastrana, “que siguen organizando año tras año la fiesta”, empleados municipales y asistentes, y especialmente a los cocineros, “veteranos y noveles mezclados”. El alcalde se congratulaba de lo bien que ha salido todo. “En la mejor ubicación posible, nos ha acompañado el tiempo y la gente”, terminaba.