Cientos de molineses se reunieron para celebrar el V centenario de su Nochebuena adelantada
Un año más, cientos de personas participaron en el adelanto que cada año se lleva a cabo en Molina de la tradicional Misa del Gallo del 24 de diciembre. Un curioso honor otorgado mediante bula papal hace ya 500 años que permite a los molinenes tener el privilegio de celebrar dos fiestas de Nochebuena al año.
Se trata de una tradición que cada año reúne a más personas - de hecho ayer la iglesia se llenó por completo- y en la que también se enciende una hoguera que permanece encendida toda la noche en lo alto del cerro de Santa Lucía, junto al monumento dedicado a la Virgen Inmaculada.
Esta fiesta tiene su origen en una gracia concedida por el Papa León X en el año 1518 a Molina a petición del Cabildo y de los propios molineses, muy devotos a la Virgen Inmaculada. De esta forma, no tenían que pasar en ayuno eucarístico toda la noche hasta la llegada de la eucaristía, sino que al adelantar la misa, ya podían celebrar con turrones la llegada de la Navidad.
Este año, precisamente, se cumple el V centenario de la bula papal que permite celebrar la Nochebuena molinesa. Por ese motivo, en la localidad también se ha organizado un exposición en torno a lo que representa este privilegio, una muestra que permanecerá abierta hasta el mes de febrero, está organizada por las parroquias de Molina en colaboración con la Diócesis y el Ayuntamiento.
Esta tradición se ha venido celebrando de forma ininterrumpida desde hace 500 años, motivo por el que, a petición del obispo diocesano, la Santa Sede ha concedido a la citada parroquia molinesa la celebración del novenario y fiesta de la Inmaculada en clave jubilar y con indulgencia plenaria.