
Cientos de seguntinos alumbran la procesión de los Faroles en honor a la Virgen de la Mayor
20/08/2012 - 18:55
La Procesión de los Faroles, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial y Regional, fue un año más un éxito multitudinario. La última de las celebraciones de las fiestas de San Roque congregó a cientos de personas para rendir culto a su patrona, la Virgen de la Mayor. Como cada año desde 1943, el tradicional espectáculo luminoso que crearon los faroles acompañó, junto con las bandas de música de Jadraque y el País Vasco, a fieles de todas las edades que rindieron culto a su virgen, haciendo que la noche seguntina fuera la más espectacular del año y una de las señas de identidad de la localidad como culminación de sus fiestas patronales de San Roque.
La ciudad del Doncel acogió anoche la procesión en honor a su patrona la Virgen de la Mayor, tal y como mandan las Actas de la catedral de 1943, al domingo siguiente de la Asunción y a la fiesta de San Roque.
Los seguntinos se echaron a la calle para festejar una de las celebraciones tradicionales de sus fiestas patronales, la Procesión de los Faroles, declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial y Regional. Así, cientos de personas alumbraron el camino a la Virgen de la Mayor, al son de la banda de música de Jadraque y de otra banda del País Vasco, tiñendo la noche seguntina de un encanto especial e inconfundible, ya que es una de las señas de identidad del pueblo.
Los fieles acudieron con los nuevos farolillos de mano encargados por la Cofradía, que acompañaron a los faroles artísticos que componen el rosario con los cinco misterios. De gran tamaño y con cristales de color, fueron protagonistas sin duda de esta procesión, como ya ocurriera el año pasado.
Este año pujaban en protagonismo con los farolillos, los abanicos, ya que la de ayer fue una tarde noche muy calurosa, algo poco habitual a esas horas en Sigüenza.
La celebración, al igual que otros años, comenzó con el rezo del rosario ante el altar de la Virgen de la Mayor, que fue dirigido por los sacerdotes Felipe Peces y Alejo Navarro, que fueron dando paso a las bandas de música. Media hora después, sobre el horario previsto y sonando el himno nacional, comenzó a salir la procesión desde la catedral, pasando por las calles Medina y San Roque, siguiendo por el paseo de la Alameda, la calle Humilladero y la calle Cardenal Mendoza.
La virgen estaba ataviada con las rosas, gladiolos y nardos que algunos participantes -niños, jóvenes o adultos- le ofrecieron el pasado día 15, a las verjas del altar del la Virgen de la Mayor, acompañados de la Rondalla Seguntina.
Numerosas autoridades acudieron a Sigüenza para participara en esta cita tradicional. No faltaron, además de los miembros de la Corporación municipal, la presidenta de la Diputación, Ana Guarinos; el alcalde de Guadalajara, Antonio Román, además de otros representantes del PP, y la socialista Magdalena Valerio.
Encabezaban la comitiva el obispo de Sigüenza-Guadalajara, Atilano Rodríguez y el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, que por la mañana habían oficiado la solemne misa.
A ella también acudieron la reina de las fiestas y sus damas de honor que mostraron, como llevan haciendo toda la semana en los festejos locales, su cara más alegre. Pero las peñas se llevaron, una vez más, el peso de la procesión. Ésta consiguió congregar a varias generaciones de fieles, niños con sus padres y abuelos con sus nietos, que fueron a rendir devoción a su patrona, una de sus tradiciones sin duda más arraigadas y más seguidas cada año en la localidad del Doncel.
La procesión, que duró una hora y cuarto, comenzaba a llegar a la concatedral sobre las 22.40 horas, y fue recibida, igual que a la salida, por el himno nacional.
Es un momento de esplendor que culmina el periodo festivo. La procesión de la Virgen de la Mayor es seguida, además de por los locales, por multitud de visitantes que acuden a la zona a rendir culto a la patrona de Sigüenza, pero también a observar el espectáculo que son las fiestas de la localidad.
Una fiesta con mucha tradición
La procesión de los Faroles se remonta al siglo XV y es un solemne acto religioso nocturno que posee una gran tradición.
En ella, los devotos portan a la talla de la virgen, que data del siglo XII, por las principales calles de la localidad, en una floreada carroza que camina alumbrada por un rosario de faroles, con cinco misterios realizados en cristal y metal, cinco padrenuestros, cincuenta avemarías y la letanía.
Con dicha procesión culminan las fiestas de Nuestra Señora la Mayor y San Roque, repleta de actos culturales y religiosos, como cabalgatas, juegos, actuaciones musicales y hasta reuniones gastronómicas, sin olvidar las variadas exposiciones de arte y diversas conferencias.
La imagen de la virgen, que en un primer momento se emplazó en la Catedral, es una talla románica de madera de ciprés que data del siglo XII. Según consta en documentación de antaño, el obispo Rodrigo mandó que durante día y noche ardieran siete lámparas, grabadas en plata y llenas de aceite, que alumbraran la imagen de la imagen. En el siglo XIV, y debido a su deterioro, el Obispo de Cisneros mandó que fuese revestida en plata, por lo que durante un tiempo se le conoció como La Blanca, y se le dotó de una expresión más gótica, risueña y señorial que ha mantenido hasta nuestros días.
Es en 1494 cuando, según relatan las actas de la Catedral seguntina, comienzan las procesiones anuales de la imagen de la Virgen de la Mayor, cuya fiesta venía celebrándose el domingo siguiente a la Asunción de María, entre los días 17 y 24 de agosto. Por entonces era obispo de Sigüenza el cardenal Mendoza. En octubre de 1936, en plena Guerra Civil, el rosario de faroles es gravemente dañado, por lo que, a la finalización del conflicto, se emprende su restauración. En el 2005, el obispo José Sánchez aprobó los nuevos estatutos de la Cofradía de la Virgen de la Mayor y la Junta declaró la procesión de interés turístico regional.