Conoce el lugar donde se hospedó Calleja en el Alto Tajo y sus gustos culinarios

Calleja y su equipo, compuesto por una veintena de personas, permanecieron alojados durante seis dias, en la tercera semana de mayo de este año, en el Hotel Peñarrubia, en la localidad de Zaorejas, donde desplegó su escenario para celebrar la reunión habitual que, en cada programa, lleva a cabo con los vecinos, un establecimiento que se caracteriza por su buena gastronomía, basada en productos de la tierra.

Este negocio lo regenta, junto con su hermano, Carlos Martínez Barrionuevo, y era el lugar donde pernoctaban tras su trajín diario por los pueblos de la zona, entre otros, Trillo, El Recuenco y Olmeda de Cobeta. El lugar de descanso de Jesús Calleja, tras sus jornadas de grabación, que concluía con largos paseos en bicicleta de montaña, su pasión, junto con Rubén Martinez, gerente de la empresa de MTB Zona Zentro, con quién recorrió las sendas que atraviesan el Puente de Tagüenza, Sacedón y La Puerta.

Calleja -“una persona agradecida”, remarca Carlos- y su equipo son de buen comer, como se dice en la comarca. “Le poníamos chuletitas de lechal, chuletón y guisos caseros”, indica. Todo regado con buen vino de la región, Dominio de Fontana, del pueblo conquense de Fuente de Pedro Naharro, localidad cercana a Tarancón. Por la mañana, café, tostadas, embutido, queso, huevos fritos o bacon.

“En general todo el grupo fue muy amable, se fueron contentos”, presume Carlos. “Y yo también con ellos”, prosigue, “porque hubo buena sintonía”. Una presencia que de forma directa e indirecta contribuye a potenciar, no sólo su establecimiento, sino todo el Alto Tajo. “Ahora, tras la emisión del capítulo que grabaron, esperamos que el impacto sea mayor”, concluye.

El recuerdo del aventurero leonés permanecerá durante mucho tiempo en la comarca. Rubén Martínez remarca que “Jesús Calleja es una persona muy cercana y amigable, muy buen tío; se quedó prendado de las maravillosas vistas de esta tierra; y puso de relevancia su extraordinaria forma física a sus 57 años”, recuerda Rubén cuando habla de sus aventuras con él y su amigo en bicicleta. “Demostró su destreza en cada una de las rutas que le propuse, rondando con gran habilidad en los terrenos más técnicos”.