
Contundencia
Hace unos días, tras hacerse público el informe de la Guardia Civil sobre las andanzas de los -de momento- tres tenores, el alcalde de Marchamalo, Rafa Esteban, en lo que imagino como un arrebato de cólera e indignación, arrancó la placa que recordaba la inauguración de la Casa del Pueblo en febrero de 2023.
El motivo: que fue inaugurada por Santos Cerdán, uno de los artistas. Debe ser muy duro, para los políticos que trabajan por su pueblo o su ciudad, por los que lo hacen honradamente desde las instituciones, ver como un tsunami como este arrasa con todo, incluida la confianza de los ciudadanos. “Pues ya estaría…”, dijo el alcalde en sus redes sociales, acompañando estas palabras de una fotografía en la que se veía la placa arrojada en un contenedor de basura. “No a los corruptos y puteros en el PSOE”, añadió, rematando con un “contundencia y responsabilidad”. Irreprochable.
En la antigua Roma existía una fórmula, la “damnatio memoriae”, para borrar la memoria, para suprimir el prestigio que una persona pudiera haber acumulado durante un tiempo, que consistía en eliminar todo vestigio de ella en inscripciones, monumentos o imágenes, llegándose incluso a la prohibición de usar su nombre. “Ese señor del que me habla”, ya saben. Si algún gobernante caía en desgracia, se le aplicaba la condena a la memoria, incluso si ya había muerto, y poco importaba que fuera un senador o el mismísimo emperador. Derribar estatuas, retirarlas del espacio público, cambiar el nombre de las calles o tirar a la basura placas como la de Cerdán es parte de aquello: el rechazo a la vez que el oprobio público.
No sé cuántas placas quedan por quitar. Nadie lo sabe. Pedro Sánchez, ya lo han visto, tira de baraka y, con la inestimable ayuda de Trump, se saca la carta del 5% en gasto militar. En defensa, en la suya, va a invertir mucho más de eso, todo lo que haga falta. No sabemos cuánta información queda por salir, si estamos ante un iceberg o si están vendidas ya todas las lonjas. Lo que sí vemos es que, como en un cesto de cerezas, unas cosas llevan a otras. Lo que ayer eran bulos hoy son noticias y lo que era propaganda, qué cosas, se ve respaldado por los informes de la UCO. El nombre de Zapatero aparece en el horizonte, también el de Pepe Bono, quien consiguió la nacionalidad dominicana en 2020 por arte de magia y ha acumulado un patrimonio personal al alcance de muy pocos. ¿Caerán sus placas algún día? ¿Cuántas habrá que retirar en su caso? Qué interesante se pone esta serie.