Periodismo alcarreño
En Historia de la prensa en Guadalajara (1975-2012), el libro mencionado, realiza una investigación en profundidad, un repaso por la prensa provincial desde la muerte de Franco, hace ahora 50 años, hasta el año 2012, en plena crisis del sector debido al derrumbe económico.
Me hace llegar su libro con una preciosa dedicatoria, de esas que dejan claro que ha sido escrito con pasión. “Es la historia de los periodistas de Guadalajara que nos abrieron puertas y ventanas a los que llegamos después”, dice en ella. A pesar de su formato académico, pues de una tesis doctoral se trata, es indisimulable que ha surgido de la más profunda vocación periodística. Sonia Jodra es una periodista de raza, de esas que lo llevan en la sangre, que no sólo ha ejercido su labor estrictamente periodística -de hecho, fue redactora de Guadalajara 2000 y subdirectora de Nueva Alcarria- sino que ha formado parte de distintas asociaciones profesionales, demostrando, por si hubiera alguna duda, su compromiso con la prensa. En reconocimiento a su valía, más que merecidos, ha recibido diferentes premios periodísticos.
En Historia de la prensa en Guadalajara (1975-2012), el libro mencionado, realiza una investigación en profundidad, un repaso por la prensa provincial desde la muerte de Franco, hace ahora 50 años, hasta el año 2012, en plena crisis del sector debido al derrumbe económico. El libro, su libro, tiene hechuras de investigación rigurosa y divulgación universitaria. En él aborda los antecedentes de la prensa desde el siglo XIX, los cambios que trajo consigo la Transición, la preeminencia de medios como Flores y Abejas y Nueva Alcarria, la multiplicación de cabeceras a partir de los años ochenta, el auge de la prensa ligada al desarrollo inmobiliario y su crisis, pero sobre todo se trasluce el trabajo de tantas y tantas personas ligadas a los nombres de cada proyecto, de cada periódico, de cada boletín, de cada revista surgida al calor de diferentes asociaciones e instituciones. Cuenta, como es de rigor, con todo el aparataje metodológico de un trabajo de estas características, su estado de la cuestión, su hipótesis, sus fuentes, su metodología y su estructura, pero, lejos de ello, no resulta un texto frío, al contrario: como bien señala, sólo la existencia de cientos de personas comprometidas en Guadalajara con la información y la palabra escrita puede explicar dicho fenómeno.
La propia Sonia Jodra sufrió en sus carnes, como tantos otros, los estragos de la crisis, el cierre de multitud de cabeceras y medios audiovisuales, que magníficos profesionales se vieran abocados al paro, a reinventarse o a la precariedad. Ella misma acabó formando parte de diferentes gabinetes de comunicación y recurriendo a la docencia, sin que haya dejado de latir ni un minuto esa pulsión, ese amor al periodismo más puro. Sus artículos de opinión, cuando se dejan caer, así lo demuestran. Que este libro sirva de pórtico y dintel, que abra puertas y ventanas, a los que están por llegar. Gracias, Sonia.