Cuatro proyectos para la supervivencia de un pueblo de la Comarca de Molina-Alto Tajo

14/12/2023 - 19:18 FCV

En el ayuntamiento “llegamos a fin de mes y punto”, asegura el primer edil de un pueblo de la comarca de Molina, con tan solo 40 almas. Pero gracias a las distintas ayudas de Diputación pueden llevar a cabo iniciativas que de otra forma sería imposible. Por este motivo asegura: “Me opongo radicalmente ala corriente que apoya la tesis de la supresión de las diputaciones, porque sin ellas los pueblos desaparecerían”, recalca.

 

Son palabras del alcalde de Torremocha del Pinar, Juan Daniel Emilio, que se muestra contundente: “sin la ayuda de Diputación el 90% del pueblo estaría en la ruina, ya que no habría fondos, ni inversiones”. Agradece el trabajo que desempeña la Institución provincial, “ya que, gracias a su labor nuestro pueblo, de 20 años para acá no se parece absolutamente en nada”. Y señala especialmente un periodo. “Desde que está José Luis Vega hemos notado, gracias a la liberación de remanentes, una mejora notable”.

Es algo tan simple, como importante, como por ejemplo una avería de agua o del alumbrado. De su reparación se encargan los operarios del Centro Comarcal que hay en Molina de Aragón que acercan los servicios de la institución a un municipio que está a 127 kilómetros de la capital. Juan Daniel hace un repaso de la utilidad de los fondos para su municipio:

- Asfaltado y pavimentado de calles.

- Reparaciones, cuando sea necesario, de las redes de alumbrado, alcantarillado y agua.

- Remodelación de un apartamento para que el Ayuntamiento pueda alquilarlo a los vecinos que quieran residir en el pueblo.

- Arreglo de un camino rural con la subvención de Junta y Diputación que mejora la conexión de la localidad con el Alto Tajo.

En pueblos como Torremocha del Pinar las pasan “canutas” para llegar a fin de mes. El regidor recuerda la situación tan delicada que se atravesó en abril del año pasado, con la subida del precio de la luz: “El recibo se incrementó de 100 a 400 euros al mes”, un gasto que hacía inviable el mantenimiento de las arcas municipales de forma equilibrada. Ello ha llevado –informa- a recudir el alumbrado de 90 a 40 farolas.

 

La solución pasaría por un incremento de la población, aunque la ayuda institucional siempre será necesaria. Para Juan Daniel una de las iniciativas más apasionantes es la rehabilitación de viejos edificios en desuso para convertirlos en apartamentos con el objetivo de alquilarlos a bajo precio y que puedan llegar al pueblo nuevos vecinos.

 

Uno de ellos es la antigua casa del médico, para cuya recuperación se ha tenido que desmontar un aparato de Rayos X de 1971 único en la época. “Por esas fechas se alcanzaron los 90 resineros, la actividad maderera en el monte daba mucha riqueza a la localidad”, recuerda. Pero ahora estos edificios han quedado en desuso por el descenso drástico de la población.

 

Gracias al dinero aportado por Diputación provincial se ha podido acabar una de las dos estancias de dicha vivienda. “Quiero rehabilitar cinco apartamentos más, uno de ellos en la otra parte de la casa del médico, otro en la del secretario y otros dos más en sendos locales municipales”.

 

Esta es la historia de un pueblo que sobrevive gracias a la cercanía de Diputación provincial a través de las subvenciones de sus Planes Provinciales, Fondo de Inversión Municipal, Fondo de Cooperación y Desarrollo de Municipios (Focodem) y asistencia del Centro Comarcal de Molina.