De nuevo septiembre

05/09/2021 - 18:34 Pedro Villaverde Martínez

 Los estudiantes ya no tienen la oportunidad de recuperar lo que acaso perdieron en junio por la absurda suspensión de esta convocatoria, adelantada al propio junio.

Septiembre es un mes especial. Prácticamente acaba el verano…y del veraneo se pasa a la iniciación de un nuevo curso. El otoño se vislumbra cercano y es inevitable la nostalgia del reciente tiempo de descanso y ocio vivido. Las no  fiestas, como dicen hoy a la celebración de algunos actos muy alejados de la algarabia de siempre, empiezan a pasar, aunque en nuestra ciudad sean estas actividades las que ocuparán una buena parte de este mes. 

El verano empieza a darse por concluido y el trabajo es el que espera…aunque el paro siga manteniéndose demasiado elevado- respecto a otros países europeos-  porque no le da la gana irse o porque no se sabe cómo echarlo…Los días empezarán a reducir sus horas de sol y las ciudades no denominadas de veraneo recobran el ritmo normal del trabajo. Muchas son las cosas que se han escrito y dicho sobre este mes que hace añorar los pasados y engrasarse para tomar o retomar el curso normal. Los estudiantes ya no tienen la oportunidad de recuperar lo que acaso perdieron en junio por la absurda suspensión de esta convocatoria, adelantada al propio junio, aunque la  Selectividad sí hará acto de presencia.

 No podemos por menos que desear a estudiantes,trabajadores y a todos  éxito en este septiembre. Las noches empiezan a ser más largas y los días más cortos…pero eso es algo que no preocupa a casi nadie. Lo que realmente preocupa es la escasez del trabajo, la crisis que está dejando un virus que no termina de ser doblegado. No queremos cargar las tintas en demasía por esta larga, dura y desagradable pandemia, porque el pesimismo para nada es bueno. Más bien queremos resaltar el optimismo que puede conllevar el inicio de un nuevo curso, no solo educativo, que deseamos sea  el punto de inflexión. Por eso son los buenos deseos los que queremos que abunden en nuestras palabras con la esperanza de que se conviertan en felices realidades. Por lo que cuentan parece que la travesía del desierto es todavía larga y la luz del oscuro túnel no parece divisarse ni en lontananza. Pero seamos optimistas y pensemos que algún día podremos vivir sin esta enfermedad contagiosa que nos quita y apena la vida.