Debates y encuestas

24/05/2019 - 16:33 Pedro Villaverde Embid

Estamos agradecidos a todos por atender nuestras invitaciones a  participar en los debates o a ser entrevistados, por las facilidades que dentro de sus ajustadas agendas nos han dado. 

Son varios meses ya los que llevamos de entrevistas, desayunos informativos, mítines, realización de encuestas, asistencia a actos o debates. Es la salsa de cualquier proceso electoral y en este caso han sido dos muy seguidos los que han venido a alterar nuestra rutina informativa. Es agotador, como periodistas, el seguir el ritmo de nuestros políticos en campaña, apasionante entrar en ese mundo de los sondeos y las posibilidades, interesante sentarse con cada uno de ellos y escuchar sus propuestas, instructivo contemplar la diversidad de puntos de vista sobre el modo de llevar a cabo la gestión de las administraciones que a la postre marca el diseño de la sociedad en que vivimos. Desde nuestro periódico hemos dado voz a todos, incluso hemos intentado con poco éxito ponernos en contacto con candidatos de siglas casi desconocidas para conocer su aportación, y podemos decir que sería injusto afirmar que no hay alternativas o ideas. Lo que no hay es excusa, aunque votar siempre sea una libre decisión, es para  no acercarnos al colegio electoral. Estamos agradecidos a todos por atender nuestras invitaciones a  participar en los debates o a ser entrevistados, por las facilidades que dentro de sus ajustadas agendas nos han dado. Ha sido posible, en cortas reuniones, juntarnos con representantes de seis partidos antagónicos y ponernos de acuerdo en las reglas del juego para dichas contiendas. Y eso es la democracia, pluralismo, contraste de programas, respeto a los demás y finalmente que el ciudadano con su voto decida lo que más le ha convencido o lo que su corazón le dicte. Ha sido una campaña, en líneas generales, limpia, poco bronca, sin apenas insultos, intercambio de acusaciones o imputaciones. Las redes sociales han echado fuego, claro, y sobran comentarios, muchos realizados desde la cobardía del anonimato, pero no se han cruzado, hablamos  siempre de nuestra provincia, líneas rojas que hagan que nos avergoncemos de nosotros mismos o de la clase política. Las opciones han quedado sobre la mesa y toca ahora a los electores decidir a quién otorgan la confianza para los próximos años. Un pequeño número de votos puede cambiar un concejal o un diputado y variarlo todo. Votar es importante porque una sola papeleta puede llegar a tener un gran valor. Estamos cansados, sí, pero satisfechos de haber cubierto y vivido estas dos citas electorales que deseamos hayan servido para devolver un poco del prestigio perdido a la política.