Democracia obscena

16/09/2019 - 14:16 Jesús Fernández

En la democracia obscena actual tenemos una izquierda radical. Ellos han disparado contra la democracia, contra la libertad, y nosotros tenemos la  obligación de defendernos.

Todo el mundo habla del nuevo orden económico y hasta del nuevo orden político, pero nadie habla del nuevo orden pedagógico, educativo, base y sustento de todos los demás. Sobre el pueblo recaen todos los “maestros ignorantes” que son los políticos. La emancipación intelectual del pueblo está sin hacer. A eso podemos llamar la democracia obscena. Toda política tiene una fecha, una orden de caducidad por muy eternos que se sientan los ideólogos. Pero el pueblo es el único que permanece y tiene siempre de frente al poder. El sometimiento del orden educativo al orden político es evidente. A ello nos referimos cuando hablamos de la politización de la enseñanza. Es un servicio público, sostenido con fondos  públicos. Y quien paga manda. Y nos quedamos tan tranquilos. Necesitamos una nueva ilustración del pueblo. No porque no sepa lo que hace sino porque no hace lo que sabe. El discurso político es un sistema convencional de mentiras, la democracia obscena. La primera Ilustración fue equivalente a la emancipación de la sociedad en relación con el antiguo régimen. La Ilustración de ahora tiene que emancipar al pueblo en relación con el régimen actual de los políticos.

En la democracia obscena actual tenemos una izquierda radical. Ellos han disparado contra la democracia, contra la libertad, y nosotros tenemos la  obligación de defendernos. Parten de la igualdad ideológica y esa no existe. Quieren hacernos a todos ideológicamente iguales. Los partidos no son vanguardia de nada ni son progresistas, ahora que se usa tanto esa palabra. No existe otra alternativa que desviar la dirección del tiro y en vez de dirigirse a la inteligencia del pueblo, se dirigen a obtener o doblegar su voluntad. No interesa lo que piense el pueblo sino a quién quieran votar. Lo que interesa a los partidos es aunar voluntades, intereses, votos, no ideas. En ese sentido son maestros ignorantes y embaucadores en la feria de la democracia  a la que tdos se asoman para ver qué se ofrece, la variedad de la oferta.. Para eso quieren la ideología como estrategia de soberanía. No les interese que el pueblo piense. No les interesa esta segunda Ilustración. En vez de enseñar a pensar, los políticos  piensan por el pueblo no piensan en el pueblo. Esta es la brecha que hay que salvar.

Siguiendo la metáfora, los políticos son como el viento y los ciudadanos como las hojas. Un viento que es pensamiento. Ya no necesitamos revolución, populismo sino Ilustración, emancipación del pueblo y de la razón. El día que ya no haya pueblo oveja ya no habrá pastores guías o conductores. ¿A dónde conducen al pueblo? No hacia pastos o ríos para saciar su hambre o su sed sino hacia el precipicio. Buena vida, comodidades, confort, sueldos, corrupción en los políticos.. El pueblo paga la invitación. No se dan cuenta que a la revolución le sigue la institución, el orden, la ley y la convivencia  para  lo cual se necesita ilustración. Hoy, por el contrario, la revolución termina en el asalto al poder. Viven del poder, del cargo y  para el poder y para el cargo. No hay otra razón de ser en su vida. Con esta vida tan desigual hablan de implantar la igualdad entre el pueblo y los políticos. Antiguo régimen, antiguas brechas. No puede haber más división o desigualdad. Se necesita una nueva pedagogía, una nueva educación democrática que no sea tan obscena.