Demostración de virtudes y defectos antes del derbi
El San Miguel nunca defrauda. Otra matutina con un buen puñado de goles, intercambio de golpes del que salió airoso el Azuqueca ante el Toledo B. La diferencia entre ganar o perder el domingo iba a ser muy sustancial clasificatoriamente hoy lunes. Y la victoria confirma al cuadro de Alfaro dentro de los aspirantes a la cuarta plaza así como al filial verdillo dentro de la terna que luchará por eludir el descenso. Aunque eso es mirar muy a largo plazo, porque en menos de siete días viene una nueva reválida con el derbi ante el Guadalajara en el Escartín, palabras mayores.
Los rojinegros comenzaron como un tiro. El sonido del travesaño en un centrochut envenenado del Toledo B todavía con 0-0 en el marcador espoleó a los azudenses. El primer gol llegó a la salida de un córner; el rechace lo empaló espectacularmente Koke adelantando a su equipo cuando solo habían transcurrido nueve minutos. No quedó ahí la cosa porque, en el 20, jugada por banda derecha de Fuentenebro, deja el balón rechazado Roy y Roberto Izquierdo marca el segundo.
Dejó de ser sorpresa hace tiempo la facilidad pasmosa que tiene el conjunto azudense para dilapidar el trabajo bien hecho. En efecto, llegó la caraja habitual y el Azuqueca cedió terreno ante el cuadro de Luis Ayllón, el artífice del último ascenso a Tercera que regresaba por primera vez al San Miguel, esta vez como entrenador del Toledo B. Gran jugada colectiva de los visitantes, pase de la muerte de Adri y remate a placer de Gabri: 2-1.
Los locales desaparecieron, el partido se empezó a jugar al ritmo planteado por el filial. No le duraba el esférico al cuadro de Alfaro, con Roberto Izquierdo muy tapado y Javi Heranz sin balones francos mientras que Navas, Adri y Nacho sí hacían diabluras en las filas foráneas. Llegando al tramo final del primer tiempo, los malos augurios se hicieron realidad con el 2-2 de Gabri, que dejó en anécdota el paradón de Vargas a disparo de Navas, todo un incordio.
Con todo merecimiento, los de Luis Ayllón habían igualado la contienda y se llegaba al tiempo de asueto con el Azuqueca necesitando un revulsivo. Tras la reanudación, Javi Heranz intentó dos disparos desde lejos, salió al césped Pancorbo, hubo cambio de sistema a 4-1-3-2 y el Toledo B empequeñeció.
El jovencisimo Javi Martín, que había sido otro de los cambios, aprovechó un envío largo de Brotón y desde el pico izquierdo del área, mandó un obús a la meta de Roy. Con algo de incertidumbre puesto que dio al larguero y luego botó por dentro de la línea, el gol subió al marcador. De ahí en adelante, el Toledo B desapareció del campo.
El cambio de sistema alumbró un protagonista inesperado, Brotón, que comenzó a canalizar todo el juego de ataque de los rojinegros. Estuvo pletórico ayudando en la creación e incisivo en el último pase. Enseguida, llegó la puntilla con el 4-2 de Roberto Izquierdo y ya no se supo más del Toledo B salvo una falta directa de Ludeña con la que se lució Vargas. Tres puntos a la buchaca y el cuchillo entre los dientes porque la semana que viene toca el Guadalajara en el Escartín.