Descubre las seis rutas del vino de Castilla-La Mancha: tu viaje hacia la felicidad comienza aquí
Castilla-La Mancha, tierra de llanuras infinitas, de molinos reales e imaginados, el territorio que Cervantes inmortalizó con su ingeniosa obra Don Quijote, es también la región vinícola que atesora la mayor extensión de viñedo y bodegas del mundo al registrarse más de 450.000 hectáreas, lo que supone cerca del 50% del total nacional y más del 6% de lo que se cultiva a nivel mundial, seguido por Extremadura con 82.000 hectáreas, Castilla y León con 75.000 hectáreas y la Comunidad Valenciana con 58.000 hectáreas. Este auténtico mar de viñas se extiende a través de cuatro provincias: Albacete, Toledo, Ciudad Real y Cuenca.
Con una producción que se sitúa en torno a los veinte millones de hectolitros anuales, Castilla-La Mancha es, entre otras muchas cosas, líder global en la elaboración de vinos ecológicos. En los últimos años, también, las distintas comarcas de la región han sabido distinguir el carácter propio de sus territorios y han dado un importante salto cualitativo. En este sentido, las rutas de enoturismo por cada una de estas comarcas son una buena excusa para conocer cada zona y vivir las mejores experiencias enogastronómicas con los vinos de Manchuela, La Mancha, Méntrida-Toledo, Valdepeñas, Almansa y Jumilla.
La Ruta del Vino de Valdepeñas
La Ruta del Vino de Valdepeñas nace en 2018 con la firme intención de destacar los recursos turísticos de la región de producción de la Denominación de Origen Valdepeñas. En estas tierras, “Valdepeñas” es sinónimo de “vino”, un producto que los identifica tanto en casa como en el extranjero. La D.O. Valdepeñas es conocida por su variedad de vinos, desde blancos y rosados hasta tintos y espumosos. La producción se basa en uvas cuidadosamente seleccionadas, con límites de rendimiento establecidos: 6.000 kilos por hectárea para las variedades de uva tinta y 7.500 kilos por hectárea para las blancas. Además de las numerosas bodegas -grandes y pequeñas-, la Ruta del Vino de Valdepeñas alberga el primer Museo del Vino que se estableció en Castilla-La Mancha, cuyas instalaciones datan de 1901.
Si alguna vez se han planteado recorrer la Ruta del Vino de Valdepeñas, les invitamos a embarcarse en un viaje inolvidable a través de cinco encantadores municipios: Moral de Calatrava, rodeada por la Sierra del Moral y la Vega del Jabalón, esta ciudad es testigo de los primeros asentamientos en la región. Su Semana Santa es un evento de Interés Turístico Regional. Además, no pueden perderse el Centro de Interpretación del Aceite, que les sumergirá en la cultura de esta tierra. San Carlos del Valle, en el Campo de Montiel, cuenta con la Plaza Mayor, declarada Bien de Interés Cultural, y una majestuosa iglesia con cúpula. De Santa Cruz de Mudela se conservan varios vestigios de asentamientos antiguos que hablan de su rica historia medieval, incluyendo la Plaza y Santuario de Las Virtudes. Torrenueva, con una geografía idónea para la agricultura, ofrece productos de calidad como cereales, viñedos y olivares. Alberga, además, un legado histórico con restos arqueológicos que sugieren una antigua ciudad oretana cerca del río Jabalón. La Carta Puebla, otorgada en 1440, marca un punto importante en su historia, celebrada cada año en la Semana Cultural. Y, por último, el municipio que da nombre a la ruta: Valdepeñas, entre Madrid y Andalucía. Su parque arqueológico del Cerro de las Cabezas es un yacimiento ibérico que marca el origen de la ciudad, posterior al siglo II a.C, conservando así su estado original. Asimismo, Valdepeñas cuenta con un amplio patrimonio religioso en el que sobresale la Iglesia de La Asunción de Nuestra Señora, declarada BIC, el Convento de los Trinitarios y la Iglesia del Santo Cristo de la Misericordia. Valdepeñas se presenta como un museo al aire libre que se puede explorar a través de diversos recorridos, y en sus calles y parques, los visitantes pueden admirar un total de 29 esculturas. Pero si hay algo con identidad propia en Valdepeñas, son las Fiestas del Vino, que se desarrollan entre el 1 y el 8 de septiembre. Alrededor de la D.O Valdepeñas se puede disfrutar de paraísos naturales como las Tablas de Daimiel, las Lagunas de Ruidera y otras localidades de belleza singular como Almagro y Villanueva de los Infantes.
Ruta del Vino de Almansa
La Ruta del Vino de Almansa, en la provincia de Albacete, invita a vivir una experiencia única de enoturismo en esta comarca. Además tiene el honor de haber sido la última incorporación a las Rutas del Vino de España. El objetivo de la creación de esta ruta es aunar sinergias entre la producción vitivinícola, la oferta gastronómica y hotelera y el patrimonio y con este fin cuenta con más de 30 asociados de los diferentes sectores. Esta Ruta del Vino ha nacido con el respaldo de la Denominación de Origen Almansa, que ha sido su impulsora, así como el Ayuntamiento de Almansa y la oficina de Desarrollo de la comarca Monte Ibérico-Corredor de Almansa. La Ruta del Vino de Almansa ha empezado pisando fuerte y ha creado once paquetes de enoturismo para disfrutar de bodegas de vino, buena comida, actos culturales y excelentes alojamientos. De este total, cuatro se concentran en Almansa, uno en Alpera y dos en Higueruela, y además hay otro que, bajo la denominación de Combinado, permite disfrutar de varios municipios: Pétrola, Hoya Gonzalo y Almansa. A estos se suman otros tres paquetes de enoturismo, pero dirigidos a grupos grandes, en los que se exige un mínimo de asistentes para realizar la reserva.
Esta Ruta del Vino está integrada por cuatro municipios: Almansa, Alpera, Higueruela y Hoya Gonzalo. También podría llamarse “frontera de sabores”, por su importante patrimonio histórico monumental que durante siglos fue tierra fronteriza con los reinos de Levante. Así lo atestigua, por ejemplo, el castillo de Almansa, visita obligada, no solo porque es una de las fortalezas mejor conservadas de la provincia de Albacete, sino porque además, desde el Cerro del Águila en el que se asienta ofrece una increíble visión de todo el municipio. Tampoco hay que dejar de visitar el Palacio de los Condes de Cirat y el Museo de la Batalla de Almansa. En Higueruela, situado en la parte centro oriental de la provincia, a 42 kilómetros de Albacete capital, encontramos una joya de la naturaleza: el complejo lagunar de Pétrola, que permite observar a numerosas especies de aves. En esta localidad también puede visitarse el yacimiento arqueológico Alquería Andalusí de La Granja o La Casa de los Molinos. Al este de la provincia albaceteña se encuentra Alpera, caracterizada por las pinturas rupestres que alberga en la denominada Cueva de la Vieja, que es una de estaciones con arte rupestre más relevantes del sector oriental peninsular. En ella se conservan pinturas del Arte Levantino y la Pintura Esquemática. Y si hablamos del municipio de Hoya Gonzalo, que debe su ubicación a asentamientos prehistóricos, no es de extrañar que pueda mostrar al turista sus yacimientos arqueológicos, sus cucos, chozas y bardales, escampados en su entorno como estructuras rurales a piedra seca, siendo su origen centenario e incluso milenario.
Entre las citas imprescindibles en esta ruta hay dos, ambas en Almansa. La primera son las Fiestas Mayores de Almansa, a principios de mayo, que están declaradas de Interés Turístico Internacional y cuenta con recreaciones de Moros y Cristianos. Y también en abril, alrededor del día 25, cada año se recrea con enorme fidelidad la histórica Batalla que en 1707 decidió la Historia de España poniendo a la dinastía de los Borbones en la Corona de España, y que fue una de las batallas más decisivas de la Guerra de Sucesión Española, y está declarada de Interés Turístico Regional.
Ruta del Vino de La Manchuela
La Ruta del Vino de La Manchuela, entre Albacete y Cuenca, ofrece un escenario perfecto para el cultivo de viñas gracias a su ubicación entre los valles del Júcar y Cabriel. La tradición vitivinícola, heredada durante más de dos siglos, se combina con tecnología de vanguardia para producir vinos reconocidos con Denominación de Origen. El predominio de la variedad autóctona Bobal da lugar a tintos intensos, rosados distintivos y blancos elegantes. Además, otras variedades autorizadas en la denominación aportan diversidad y calidad a la oferta vinícola de la región.
La Ruta del Vino de La Manchuela, con más de 72.000 hectáreas de cultivo, abarca 70 municipios y cuenta con la labor de aproximadamente mil viticultores. La ubicación de La Manchuela entre los valles de los ríos Júcar y Cabriel no solo confieren unas características inigualables al vino, sino que también ofrecen unos paisajes únicos para disfrutar en esta Ruta del Vino. Así que el turista no podrá dejar de disfrutar de las increíbles vistas panorámicas de Alarcón, de Jorquera o de Alcalá del Júcar; del conjunto histórico de Villanueva de la Jara; la belleza de las Chorreras del Cabriel a su paso por Enguídanos, catalogado como Monumento Natural de Castilla la Mancha y donde el río Cabriel, forma lagunas y saltos de agua color turquesa. Tampoco hay que olvidar las riberas y las hoces del Júcar a su paso por Villa de Ves y La Recueja. Los planes de turismo activo en las hoces del río Cabriel suponen una experiencia única, y cómo no, alojarse y disfrutar de un relajante baño o circuito de aguas en los hoteles o casas rurales de la zona. Recorrer los municipios que integran la ruta es uno de los planes a tener en cuenta. La ruta está conformada por pueblos de las provincias de Albacete y Cuenca. Albaceteños son Abengibre, Alatoz, Alborea, Alcalá del Júcar, Balsa de Ves, Carcelén, Casas de Ves, Casas Ibáñez, Cenizate, Fuentealbilla, Jorquera, Mahora, Motilleja, Navas de Jorquera, Pozo Lorente, Valdeganga, Villa de Ves, Villamalea, Villatoya y Casas de Juan Núñez; y conquenses son Alarcón, El Herrumblar, Iniesta, Villanueva de la Jara, Motilla del Palancar, Granja de Iniesta, Enguídanos, El Peral y Quintanar del Rey.
Ruta del Vino Jumilla
Jumilla es un territorio vinícola con una tradición milenaria, situado entre el nordeste de Murcia y el sur de Albacete. La iniciativa de crear una Ruta del Vino en esta región data de 2005. La ruta ha crecido con la incorporación de Fuente-Álamo (Albacete) en 2019, Montealegre del Castillo y Ontur en 2020 y, Tobarra y Hellín en 2021. La Monastrell es la uva principal en su Denominación de Origen Protegida. La Monastrell produce vinos equilibrados con aromas de frutos negros y maduros, color intenso y estructura en boca.
En relación a los vinos de Jumilla, es importante mencionar su fuerte vínculo con la gastronomía, que se complementa perfectamente en los mejores restaurantes de la región con el gazpacho manchego, la gachamiga, el conejo en patagorrina...
Si eligen combinar una buena mesa con un día de fiesta, las Jornadas Gastronómicas de noviembre de la Ruta del Vino de Jumilla ofrecen menús en restaurantes, bares de vinos y actividades culinarias tradicionales, acompañadas de vinos DOP Jumilla. Los restaurantes y bares ofrecen menús y tapeos, y las almazaras brindan visitas guiadas para conocer la producción de aceite de oliva. Y los fines de semana de mayo a julio, distintas bodegas programan conciertos en el Festival Música Entre Vinos.
Para aquellos que se sienten atraídos por la Edad Media, la experiencia se enriquece aún más con lugares como el Tolmo de Minateda en Hellín. Los restos de este parque arqueológico indican la existencia de un territorio ocupado desde la prehistoria a la época contemporánea. Y de entre su itinerario natural, destacan Campos de Hellín, los ríos Mundo y Segura nos Doncel y Carrasco, los Almadenes, el Volcán de Cancarix y humedales como la Laguna de los Patos.
Ruta del Vino de Méntrida-Toledo
Vinos muy distintos, pero todos ellos espectaculares. Así son los caldos de la Ruta del Vino de Méntrida-Toledo, que ofrecen un perfecto maridaje con la cultura. Un total de once municipios –Méntrida, Torrijos, Camarena, La Torre de Esteban Hambrán, Escalona, Maqueda, Montearagón, Fuensalida, Carmena, Quismondo y Nombela– integran esta ruta en la que no faltan tierras de antiguos señoríos y realengos que permiten viajar a otros tiempos. La Denominación de Origen Vitivinícola Méntrida nació en 1976. Desde entonces ha pasado por varias etapas en las que ha visto el resurgir de nuevas bodegas y el trabajo intenso de las más tradicionales dando como resultado unos vinos que están llevando a la DO a apostar por nuevos mercados y retos y colocándolos en una situación privilegiada y con un futuro prometedor. Las bodegas de esta ruta poseen, algunas de ellas, más de un siglo de vida, y una cuidada elaboración con una recolección manual de las uvas, en las que se escoge cuidadosamente los racimos para obtener los mejores caldos con una fermentación natural en las propias levaduras del vino. Entre los puntos turísticos más recomendados están las Cuevas del Castillejo, que sirven de unión con la amplia tradición vinícola del municipio y cuya función era conservar y madurar el vino durante todo el año a una temperatura estable. Están excavadas directamente en la tierra y en sus huecos se sitúan tinajas. Los catillos de Escalona y de Maqueda son otros de los atractivos, que trazan parte de la ruta del Lazarillo de Tormes en su camino hacia la ciudad imperial, en su camino hacia Toledo. La ruta contempla tres citas culturales destacadas: la Romería de Nuestra Señora de la Natividad de Méntrida, declarada Fiesta de Interés Turístico Regional, que se celebra el 25 de abril; la Semana Santa de Carmena, declarada de Interés Turístico Provincial; y las Jornadas Medievales con la Crónica del Rey Don Pedro, en Torrijos.
Ruta del Vino de La Mancha
Acorde a la región vinícola más extensa de Europa, la Ruta del Vino de La Mancha es seguramente la que ofrece más alternativas en el contexto enoturístico castellano-manchego. Las bodegas que forman parte de la Ruta del Vino de La Mancha tienen como enfoque principal la elaboración de vinos que capturen los aromas y sabores distintivos de la región. Muchas de estas bodegas producen vinos ecológicos y evitan el uso de fertilizantes sintéticos, herbicidas y pesticidas que podrían afectar a la calidad de sus productos, al mismo tiempo que protegen el medio ambiente. Su objetivo es enriquecer los suelos donde crecen las vides, promoviendo la biodiversidad para mantener la salud de las plantas durante su ciclo de crecimiento. De esta manera, logran que la producción de uvas se realice en condiciones óptimas de sanidad, lo que permite la creación de vinos con un enfoque ecológico y sostenible.
Todas estas bodegas abren sus puertas a los visitantes en los distintos periplos por los once municipios que componen esta ruta, que son Alcázar de San Juan, Tomelloso, Campo de Criptana, Socuéllamos, El Toboso, Pedro Muñoz, Argamasilla de Alba, Villarrobledo, La Solana y Villarrubia de los Ojos. En todos ellos hay experiencias y destinos que los amantes del vino no se pueden perder, como vivir diversas Fiestas como la del Vino de Socuéllanos, las del Mayo Manchego de Interés Turístico Nacional, las Jornadas Cervantinas de El Toboso en abril, el Carnaval de Alcázar o simplemente visitar las antiguas “terreras” de Tomelloso, donde se fabricaban las tinajas de barro en las que antaño se conservaba el vino (y hoy muchas bodegas de nueva generación están recuperando).