
"Desde Azuqueca, con versos": el regalo de Guadalajara que emocionó a la Familia Real
En una pequeña aula de Azuqueca de Henares, en el colegio Maestra Plácida Herranz, nació uno de los regalos más simbólicos que ha recibido la Familia Real durante 2024. Fue allí donde Melanie Amissah Jiménez, una joven alumna, escribió con su puño y letra un poema dedicado a los Reyes y a sus hijas, con motivo de la apertura del curso escolar. Su gesto, humilde y sincero, traspasó las paredes del centro educativo y acabó inscrito en la lista oficial de obsequios institucionales que la Casa del Rey ha hecho pública esta semana.
En total, 358 regalos fueron entregados a lo largo del pasado año a los distintos miembros de la Familia Real, entre ellos esculturas, libros, retratos, fotografías, camisetas deportivas o complementos de vestir. Pero entre tantos presentes, muchos procedentes de actos oficiales o visitas diplomáticas, la sencillez de unos versos nacidos en Guadalajara destaca por su carga emocional.
Melanie es la única persona menor de edad que figura en la relación de regalos de carácter institucional de 2024. Su poema fue entregado durante un acto celebrado en septiembre en su colegio de Azuqueca de Henares, al que asistió la reina Letizia para inaugurar el curso escolar. Allí, la alumna guadalajareña se dirigió a la Reina y a sus hijas con un mensaje de cercanía, afecto y admiración que fue recogido con especial cariño por la Casa Real.
El gesto cobra más valor al contrastarlo con el tipo de regalos habituales: esculturas firmadas por Jaume Plensa o Sargis Yesayan, joyas de mandatarios iberoamericanos, camisetas personalizadas del Cádiz o del Barcelona Femenino, e incluso un busto de la Princesa de Asturias. Frente a ellos, los versos de una estudiante de Guadalajara se abren paso como ejemplo de cómo un mensaje genuino, nacido en el entorno escolar, puede emocionar al más alto nivel institucional.
La lista completa de regalos puede consultarse en la web oficial de la Casa del Rey, donde cada año se publican los presentes recibidos por los miembros de la Familia en cumplimiento de su compromiso con la transparencia institucional. Todos ellos pasan a formar parte de Patrimonio Nacional y no pueden ser incorporados al patrimonio personal de los Reyes.
Pero, más allá del inventario, el gesto de Melanie Amissah Jiménez simboliza algo que no figura en ninguna relación oficial: la fuerza de la palabra cuando nace desde la infancia, la educación y el respeto. Desde un aula de Azuqueca, su poema ha llegado hasta los salones de Palacio. Y con él, un poco del alma de Guadalajara.