Diputación, sin parar en verano
No hay descanso para las necesidades de los pueblos. Lo saben bien en la Diputación provincial, que ni en verano puede dejar de atender a las zonas rurales de nuestra provincia.
Es de hecho, esta época del año la más exigente, dado que las poblaciones de los pueblos se multiplican, con todo lo que ello supone. No extraña, por tanto, la actividad frenética de las últimas Juntas de Gobierno de la institución provincial. Sin ir más lejos, esta semana se ha dado el visto bueno a importantes inversiones que sin duda redundarán en una mejora de infraestructuras viarias y de patrimonio eclesiástico. En primer lugar, con más de 1,25 millones de inversión, se atenderán arreglos en carreteras y vías de acceso de una decena de localidades. Mantener una red viaria de calidad es esencial para el desarrollo de los pueblos, algo que lleva por bandera nuestra Diputación. Y es que las carreteras de titularidad provincial de Guadalajara pueden presumir de estar en condiciones perfectas para la conducción. Otra inversión de similar cantidad irá a parar al convenio que tiene esta institución con la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara para la protección del patrimonio eclesiástico, ya sea arquitectónico, como es este caso, como artístico. Serán 14 las iglesias que se beneficiarán de actuaciones, principalmente referidas a tejados y cubiertas. Son templos de localidades, unas más grandes y otras más pequeñas, pero todas importantes por lo que supone para los fieles de esas zonas. Y si los pueblos son importantes, el campo no se queda atrás. Así queda demostrado en la convocatoria de ayudas dotada de 400.000 euros para ayudar a los ganaderos luchar contra los ataques de lobos. Así que aquí tres ejemplos de actuaciones propias de una Diputación. Porque en la provincia de Guadalajara es esencial contar con una institución de este tipo, al ocuparse de cuestiones que no podrían realizarse desde otras instituciones. Por tanto, adquiere importancia hoy más que nunca esa frase tan repetida de que “la Diputación, si no existe, habría que inventarla”. En Guadalajara, su carácter rural, sus numerosos pueblos pequeños de menos de 100 habitantes y la disposición geográfica de la misma hace que esta afirmación sea más cierta que nunca.