El BM Guadalajara se deja el partido en León en la parte final
No pudo ser. Se presentaba sobre el papel un partido muy complicado para el Balonmano Guadalajara, en una cancha casi imposible. Era casi una proeza. Una proeza que los de César Montes rozaron durante buena parte del segundo tiempo. Sin embargo, el mal arranque de partido acabó penalizando a los alcarreños (28-22).
Comenzó marcando territorio el Ademar con su habitual fórmula de defensa al límite y vertiginosos contragolpes aprovechados esta vez por Mario López. Conseguían así los de Guijosa ligeras ventajas en el marcador que ya no fue capaz de enjugar el siete alcarreño. El equipo de César Montes viajó a remolque ante los leoneses, bien dirigidos en estático por el argentino Seba Simonet.
Por si fuera poco, la exclusión de Bozalongo permitía a los maristas coger fuerza en ataque y volver a ampliar ventaja para colocarse con diferencia de seis goles (10-4). Rugía el pabellón marista para dejar desarbolado a un BM Guadalajara sin recursos para plantar cara por mucho que César Montes rebuscase en el banquillo.
Al paso por el ecuador de la primera parte, recuperó sensaciones el equipo visitante con ajustes defensivos que permitieron ahogar a circulación de balón leonesa. Sin embargo, no se tradujo en el marcador porque los lanzamientos de Moya y Montoya se estrellaban una y otra vez contra el gigante Cupara.
Transitaba el partido hasta el descanso con el Balonmano Guadalajara probando entre defensa con línea de 6 o jugar con adelantado para presionar el balón de Ademar. Sin embargo, el equipo de Guijosa seguía sacando partido de sus contras y encontrando muy fácil a Diego Piñeiro entre la maraña de brazos morados.
Nada que ver con la salida en bloque del equipo alcarreño tras el descanso. Un parcial 0-5 construido sobre los goles de Montoya, Márquez y Lucas. Un parcial que obligo a Guijosa a pedir tiempo muerto para espabilar a sus jugadores tras ver como la diferencia se reducía a tan sólo dos tantos. Mención especial mereció el partido de José María Márquez, activo en el juego y muy brillante en el lanzamiento.
Se mostraba más cómodo el equipo de César Montes, con una defensa que chirríaba en cada emparejamiento, obligando a los blanquillos a acabar siempre con balones al pivote. Se ajustaba el luminoso con el 19-18 a pesar de la exclusión de Estebas.
Recobraba aliento el Ademar con la superioridad y tras el gol de Juanín desde los siete metros. Lo hacía para poner nuevas distancias y llevar la tranquilidad a una grada que durante una parte del encuentro vio peligrar la victoria. Fueron unos minutos finales donde el Balonmano Guadalajara terminó pagando el esfuerzo físico de tanto remar hasta la orilla.