El bosque de Valdenazar necesita voluntarios para arrancar este jueves las plantas invasoras

21/06/2018 - 11:22 Redacción

Organizado por el Ayuntamiento de Yebes y la Asociación ‘Micorriza’, la jornada comenzará a las 18.00 horas con la recepción de los participantes.

El bosque de Valdenazar (Yebes) necesita ayuda. Un árbol dañino de nombre ‘ailanto’ ha colonizado algunas zonas de este paraje natural que es necesario arrancar de raíz. Para evitar que esta especie invasora originaria de China se apodere de la cubierta vegetal y ocasione daños que podrían ser irreparables. Por eso, la Concejalía de Medio Ambiente llama a la participación de vecinos y amantes del medio ambiente en la jornada de voluntariado ambiental que se celebra mañana jueves 21 de junio a partir de las seis de la tarde. “Es una forma de devolverle a este parque forestal los formidables momentos que nos ha hecho pasar a lo largo del año en los recorridos por la ruta perimetral o las áreas estanciales”, apunta Vidal Gaitán. Debido a su rápido crecimiento y capacidad para dispersar sustancias bioquímicas en el entorno, puede desplazar a la vegetación natural existente en el bosque existente y dificultar su crecimiento, supervivencia y reproducción.

 

Calificada como especie exótica invasora en el catálogo español, el ailanto (Ailanthus altissima) es muy difícil de eliminar una vez que se ha establecido y no es raro que en ocasiones sobreviva tras la tala, quema o tratamiento con herbicidas. No es esta la primera vez que se actúa en Valdenazar contra esta especie invasiva. “En ediciones anteriores acabamos con centenares de pies que habían brotado por generación espontánea en diversas zonas del bosque, pero esta plaga se ha hecho fuerte y por eso es necesario intervenir de forma periódica”, explica Vidal Gaitán, concejal de Medio Ambiente. Con esta intervención que coordinan los técnicos de la Asociación ‘Micorriza’, se quiere evocar la importancia de preservar y proteger las especies autóctonas frente a las colonizadoras, “que son las principales culpables de la pérdida de biodiversidad en multitud de territorios”, recuerda el edil.

 

Organizado por la Asociación ‘Micorriza’ y el Ayuntamiento de Yebes, esta actividad es consecuencia del acuerdo que mantienen ambas entidades para salvaguardar, defender y mejorar el estado de conservación de Valdenazar, un magnífico ejemplar de bosque mediterráneo mixto. Un objetivo que se quiere visibilizar este jueves con esta jornada de lucha contra esta especia arbustiva que se ha extendido y naturalizado en este paraje natural. Tras una breve charla introductoria que servirá de carta de presentación, los voluntarios se adentrarán en el bosque a la caza y captura del ailanto. Con ayuda de azadas y azadones, se arrancarán los pies de los ejemplares que se localicen y se eliminará la parte aérea de aquellos que no dé tiempo a arrancar para dificultar su expansión. Debido a la dificultad para trasladarla al punto limpio y evitar los posibles rebrotes, la vegetación extraída se quemará de forma controlada sobre el terreno.

 

El ailanto florece de mayo a julio y se reproduce sobre todo por inseminación, ya que cada ejemplar adulto puede producir hasta 350.000 semillas al año. Aunque también se multiplica por vía asexual a través de vigorosos brotes de cepa y raíz, que pueden emitirse hasta a 15 metros de distancia del pie madre. Resiste condiciones ambientales muy adversas, como las temperaturas extremas del verano o las gélidas del invierno, así como las atmósferas contaminadas. Y es tan poco exigente en lo que se refiere a la calidad del sustrato que le basta con que el suelo tenga un mínimo drenaje para sobrevivir. Así que se desarrolla tanto a plena luz del día como bajo la sombra, de ahí que presente un crecimiento rápido y una longevidad no demasiado elevada. “De ahí la importancia de esta jornada de voluntariado para destruir una planta que está alterando el funcionamiento de un hábitat único como Valdenazar”, reclama Vidal Gaitán, que recuerda no obstante que la erradicación es “tan difícil como costosa”, ya que los métodos de erradicación no son definitivos y requieren de mantenimiento a largo plazo.