
El confinamiento y el teletrabajo dispararon las adopciones de mascotas en Guadalajara
Desde La Camada señalan que ahora se ha registrado un pequeño parón durante los meses de verano.
Los duros meses de confinamiento domiciliario también afectaron a nuestros amigos y compañeros más fieles: perros y gatos. En el caso de aquellos que se encontraban al cuidado de una protectora vieron cómo sus posibilidades de encontrar una nueva familia disminuían drásticamente con el parón de actividad y cierre de negocios durante todo ese tiempo.
Sorprendentemente -al menos al principio- cuando sí se registró un auténtico boom en el número de adopciones de mascotas fue tras la salida del confinamiento, tal y como explica Jesús María Muñoz, vicepresidente de La Camada, Asociación Protectora de Animales y Plantas de Guadalajara. “Teníamos unos 250 perros y otro tanto número de gatos y ahora estamos con 90 perros” y un número sin determinar pero también bastante más reducido de felinos, valora, en un periodo que abarca poco más de un año. Y todo ello, a pesar del “pequeño paroncillo en el número de adopciones” que se ha producido con la llegada del verano y las vacaciones.
Muñoz cuenta que, en su caso, si bien la protectora permaneció cerrada durante los meses de confinamiento, también es cierto que “tampoco recibimos ninguna solicitud de adopción” añadiendo que “eso que dicen que se vaciaron los albergues aquí al menos no ocurrió”. Afortunadamente, el número de abandonos también fue prácticamente nulo durante todo este tiempo.
Cabe recordar, durante los meses más duros de estado de alarma, en los que uno de los motivos por los que sí se permitía salir fuera del domicilio era para pasear a nuestros fieles amigos caninos, eso sí, únicamente para hacer sus necesidades; que procuraban un momento de respiro y alivio, no sólo a la mascota, sino también a su dueño.
Pasado este tiempo, el consabido cariño y la grata compañía que estos pequeños seres peludos de cuatro patas transmiten de una forma tan desinteresada animaron a un buen número de personas a considerar ampliar la familia, tras pasar más tiempo de lo habitual en casa. “Aquí sí que hubo mucha demanda de adopción”, reconoce Muñoz.
El teletrabajo, más tiempo libre o una mayor cercanía con la familia y círculo más cercano han podido propiciar este incremento, explica el vicepresidente. Eso sí, desde La Camada se preocupan de advertir a los posibles adoptantes, en el caso del teletrabajo, “que tengan cuidado por si luego tienen que volver”, apunta Muñoz, en alusión a una posible reducción del tiempo dedicado a la mascota. “Lo avisamos y advertimos para que luego no pille de sorpresa”, asevera, indicando, con una sonrisa, que “así pasa, que muchos se lo piensan”.
“Hubo una solicitud de adopciones muy alta y hubo a gente a la que no se les dio porque no cuadraba pero la mayoría fueron adopciones responsables”, recuerda con orgullo y satisfacción. La mayoría de los adoptantes que llegan a La Camada provienen de la provincia de Guadalajara, de pequeños pueblos y de la vecina Madrid. Y aunque se lleven a uno de sus miembros éstos tendrán “un seguimiento de por vida”, cuenta Muñoz.
Los pequeños, los más deseados
En el caso de los perros, el perfil más deseado es el de “un perro pequeño”. Pero, al margen de que el tamaño sí importa, “lo fundamental es sacarles”, indica. “Un perro grande puede vivir en una casa siempre y cuando se le saque las veces que lo necesite”, afirma el vicepresidente, quien recuerda que estos animales suelen pasar una media de “18 horas durmiendo”;por lo que “no suelen generar mucho estropicio”.
Eso sí, para conseguir un ambiente de paz y armonía en casa recomienda paseos de “hora u hora y media”, que les procuren un buen desfogue.Distinto sería el caso de quien, viviendo en un piso con ascensor y suela utilizarlo adopte un mastín como mascota; ya que literalmente “no cabe”. Entonces, “ahí sí que es para pensárselo”. Por otro lado,la elección de un gato es muy diferente. “Siempre se dice que es el gato el que te elige a ti y es cierto”, ríe Muñoz, puntualizando que, a la hora de la verdad, “te fijas en el que se acerca”.
Con los felinos hace un llamamiento a la población a concienciarse de no coger a gatitos callejeros recién nacidos y lactantes, a los que, casi con total seguridad, están separando de su madre. “Mucha gente, por ayudar a los recién nacidos, los cogen y los traen al albegue pensando que les hacen un bien y los gatos realmente se quedan sin su madre. A los gatos callejeros siempre hay que dejarlos, sobre todo, en época de cría”, detalla. “Si están solos puede que la madre los esté moviendo de sitio”, ejemplifica. “Lo mejor es no tocarlos, salvo que estén en peligro o en malas condiciones”, advierte.
Perros potencialmente peligrosos
Los llamados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP) suponen “más del 50 por ciento” de los canes que cuidan a día de hoy desde La Camada. Éstos, junto a otras razas como los podencos o los galgos, son “razas estigmatizadas”, comenta Muñoz.
“Galgos ahora no tenemos prácticamente ninguno”, señala, poniendo de manifiesto que “a la gente no le llaman la atención; piensan que hay que correr mucho con ellos”. Nada más lejos de la realidad. “Corren muy deprisa pero no tienen capacidad pulmonar”, explica. “Son muy tranquilos, más bien temerosos, tienen mucho porte y muy cariñosos”, lanza un alegato en favor de esta raza.
Capítulo aparte merecen los PPP. Fáciles de conseguir “en el mercado negro”, con frecuencia luego son requisados a sus propietarios por falta de licencia o por no cumplir con la normativa, como la obligación de llevar bozal para determinadas razas y espacios. “Muchos los quieren para presumir y si se lo quitan luego les cuesta muy poco conseguir otro”, razona Muñoz, quien lamenta que, actualmente, quien más sufre el castigo es el perro “y no el dueño”. “La Policía los requisa, por ejemplo, al no llevar bozal, y el perro acaba en una jaula por la mala gestión de su propietario. En según qué casos, “las sanciones tendrían que ir más enfocadas al dueño; aparte de la multa y tener los papeles en regla se les debería dar una oportunidad, para no castigar de forma permanente al perro”.
Desde La Camada sí se viene notando, desde hace algún tiempo, un cambio de mentalidad, especialmente, entre la población más joven, menos reacia a adoptar a un PPP. “Están viendo que es estigmatizar a una raza por el mero hecho de pertenecer a ella”, opina su vicepresidente, quien no puede evitar recordar que, “no todos los pastores alemanes son perros policías”, en un símil con la peligrosidad que normalmente se asocia a las razas PPP. Además, asegura que el procedimiento para hacerse con uno de estos animales no es tan engorroso como parece. “Lo que hay que hacer es sacarse la licencia”, puntualiza.
Perfil del adoptante
Con el fin de procurar el mejor hogar posible para todos ellos, caninos y felinos, desde La Camada se preocupan por saber cuál sería su futura familia. “Sí que pedimos una estabilidad”, señala matizando, sin titubeos, que “por ejemplo, si viene a adoptar un chico que vive con sus padres no se lo damos. Son los padres los que tendrían que dar el visto bueno”.
El acuerdo entre todos los miembros de un núcleo familiar de cara a la incorporación de uno más también es fundamental para conseguir el visto bueno de la asociación; al igual que la concienciación por parte de los futuros propietarios del aspecto económico que también conlleva la adopción de una mascota en casa. “Hay unos gastos mínimos todos los meses”, recuerda Muñoz. Piensos, areneros y, por supuesto, las visitas al veterinario, aun estando sanos, para las consabidas vacunas, son sólo algunos aspectos básicos pero fundamentales a la hora de valorar si aceptamos o no esa responsabilidad. “Una mascota ahora mismo es un artículo de lujo”, reconoce el vicepresidente; quien asegura que intentan hacer reflexionar siempre a los posibles candidatos antes de tomar una decisión que no debería tener vuelta atrás. “Queremos evitar que vuelvan”, aclara.
Casas de acogida
Las llamadas casas de acogida se han convertido en una opción muy necesaria de ayuda a perros o gatos convalecientes o abandonados, a la espera de una adopción definitiva.
“Ahora necesitamos muchas casas de acogida para los gatitos”, avisa Muñoz. “Son para situaciones puntuales”, explica. Desde La Camada aseguran requerir a ellas “para perros que no se adaptan, otros que son muy mayores, o que necesitan cuidados que no podemos ofrecerles en el albergue”.
En cuanto a la línea de apadrinamientos que se impulsa desde La Camada, su vicepresidente destaca que ésta “funciona muy bien”. Gracias a ella, mascotas y padrinos disfrutan de agradables e incluso -terapeúticos- ratos y paseos.
Para poder mantener a toda esta gran familia, la protectora retoma eventos, colaboraciones o mercadillos solidarios con las que cubrir los numerosos gastos de comida, veterinarios,etc., y donde sus cerca de 200 socios también contribuyen a la causa.
De todos y cada uno de estos peludos animales guardan un recuerdo especial en La Camada pero, si hay que destacar a alguien, sería a Vida; una podenca que ha llegado a sus manos “con el morro colgando, de varios días y no se le podía implantar”, recuerda Muñoz. “Hoy mismo le han quitado los puntos y no tiene nariz pero es lo más cariñosa que te puedes echar a la cara”, asegura emocionado, afirmando que éste ha sido, sin duda, el caso “más difícil que hemos tenido”.
Malos ratos como éste, unos cuantos, pero de lo que no cabe duda es del inmenso cariño y alergía que, estos simpáticos amigos y miembros ya de la familia, proporcionan a todos por igual, sin pedir nada a cambio. Eso sí, quizás, un buen plato de comida.