El Cristo herido

13/07/2019 - 18:31 Luis Monje Ciruelo

Contemplando Sacedón y el embalse, recordé que hace lo menos treinta años publiqué en ABC un reportaje, sobre un plan de regadíos de 150.000 hectáreas en Sacedón. 

Sale uno por ahí para disfrutar de los paisajes de la provincia como tantos fines de semana, (a ‘alcarriañear’ debería decir yo y vuelvo afectado por la noticia que ha suscitado esta columna. A muchos sacedoneses devotos del Sagrado Corazón de Jesús, al que rezan contemplando su  monumental estatua en la  cumbre del cerro de la Coronilla, que domina el grandioso paisaje del embalse de Entrepeñas y su amplio vaso de olivares y cultivos de secano, a esos devotos digo, el daño que ha hecho un rayo al rostro de la imagen en chapa del Cristo no sólo les habrá afectado al verlo, como digo de mí, sino afligido, conmovido y alterado porque la chispa eléctrica ha destrozado el rostro de la imagen que, a pesar de sus cincos metros y medio de altura sobre los 23 de todo el monumento parece, visto desde su pie, un rostro descarnado, casi como calavera deteriorada, que no sabemos si la Confederación Hidrográfica del Tajo, que se lo regaló a Sacedón por la construcción del embalse, accederá a repararlo.
        Contemplando Sacedón y el embalse, recordé que hace lo menos treinta años publiqué en ABC un reportaje, sobre un plan de regadíos de 150.000 hectáreas en Sacedón mediante la construcción de un canal a media altura por las laderas del vaso del embalse entre  Sacedón y creo que el viaducto de Pareja, por debajo del cual,(¡otro recuerdo)¡ no podía pasar un día la canoa en que íbamos el ingeniero director de la presa, Domingo Díaz Ambrona y yo. so pena de golpearnos en l cabeza. Por cierto, el viaducto parecía una pasarela flotante en la fotografía que hicimos desde un acantilado. El verano pasado podría pasar por debajo del viaducto el ‘Juan Sebastián Elcano’ con las velas desplegadas, de tanto que había descendido el nivel del embalse, que ahora tiene mejor aspecto. El ambiente de la zona, a la que apenas  he ido desde los años cincuenta  me pareció como melancólico y envejecido quizá porque le falta el dinamismo y la ilusión que se advertía al principio con la creación de clubs náuticos y embarcaderos y la frecuente convocatoria de campeonatos de canoas y veleros. Y pienso que las autoridades de la zona deberían intentar luchar contra el decaimiento reinante para devolver a los sacedonenses la ilusión de entonces cuando rebosaba el embalse de Entrepeñas y hubo que trabajar aceleradamente para exhumar los cadáveres del cementerio viejo y trasladarlos al nuevo ante la acelerada subida del nivel del embalse que obligó al primer trasvase de Entrepeñas a Buendía.