El día tonto del BM Guadalajara
Suele ocurrirle a la inmensa mayoría de los equipos en todas las disciplinas deportivas. Es el día tonto. Ese en el que piensas que hubiese sido mejor haberte quedado en el sofá de tu casa; el día en el que hagas lo que hagas te sale mal, en el que no aciertas ni en ataque ni en defensa y cualquier decisión que tomes solo sirve para empeorar la situación.
Ese día tonto llegó este viernes para el BM Guadalajara en la visita al David Santamaría del BM Sinfín, uno de los que se presume será rival directo en la lucha por la permanencia. Y es que a los morados nada les salió bien. Solo, un buen arranque, con un 3-0 en apenas dos minutos que apuntaba a una tarde de fiesta en el David Santamaría, pero nada más lejos de la realidad. El cuadro cántabro cuando se dio cuenta de que el partido había comenzado, reaccionó.
Mientras, los de César Montes se mostraban muy espesos en ataque, con una excesiva precipitación que les hacía perder balones y no acertar con el lanzamiento. El Sinfín se aprovechó de esta circunstancia y pagaba los errores locales con velocidad no solo para ir recortando diferencias, sino para ponerse por delante en el marcador (4-5, a los 6 minutos, tras el gol de Jorajuría).
Si en ataque el Guadalajara no andaba fino, su defensa comenzaba a hacer aguas, dejando enormes pasillos por el centro a los jugadores de Rodrigo Rañones. No pintaba bien la tarde. Además, Jota tampoco se pudo librar de ese día tonto y solo pudo parar dos de los 17 primeros lanzamientos del Sinfín, lo que hizo que dejase su puesto en el arco al joven Eceolaza.
Antes del descanso el cuadro cántabro había gozado incluso de siete tantos de ventaja (9-16 y 12-19), aunque se fue a los vestuarios con un 13-19 gracias al gol del jugador del filial Rubén Estebas.
Tal y como habían discurrido los primeros 30 minutos, estaba claro que había que remar mucho para despertar de ese letargo que parecían tener los morados.
El Sinfín cambió de portero en el segundo acto y Makaria ocupó el puesto de Ernesto. Y si ya los de Guadalajara tenían problemas para encontrar puerta, el nuevo inquilino del arco complicó aún más la vida a los atacantes morados.
Sin embargo, los alcarreños apretaron los dientes, ayudados por el ánimo de la grada, pero dos acciones de Calderón al borde del pasivo volvieron a poner las cosas como estaban.
El Guadalajara seguía sin poder quitarse de encima ese día tonto y encajaba goles incluso en inferioridad.
Montes echaba mano de todo lo que tenía disponible en una plantilla muy mermada por las lesiones y tiraba de jugadores del filial, pero nada funcionaba.
El tramo final del choque sirvió para que el Guadalajara maquillase el resultado y dejase la renta final en el 27-32. Lo único positivo de la cita es que ese día tonto ya ha pasado.