El lado más cuqui de San Antón en Guadalajara
La bendición de los animales y la salida de la Botarga siempre dejan imágenes curiosas en la celebración de esta festividad.
Como cada 17 de enero, día de San Antón, la Botarga de Guadalajara, acompañada de las dulzainas, recorrió ayer la calle Mayor, dando el higo a los viandantes al ritmo del cántico del Alhiguí.
Los cuatro componentes de la botarga, el Manda, los mandaderos y la botarguilla, fueron recibidos en el ayuntamiento por la alcaldesa, Ana Guarinos, quien después, con algunos concejales y junto a decenas de vecinos con sus mascotas acompañaron el desfile, hasta la iglesia de Santiago, donde se procedía a la bendición de los animales.
Gatos, conejos, algún loro, y sobre todo perros, acudieron a la bendición del santo, también dos de los ‘perretes’ del albergue municipal de animales abandonados que gestiona La Camada, Turrón y Caramelo, apadrinados en esta ocasión por la propia alcaldesa.
Con el reparto de los panecillos de San Antón terminaba la ceremonia en la parroquia, mientras que la Botarga subía de nuevo por la Calle Mayor hasta Santo Domingo, para terminar su reparto de higos de nuevo en la calle Mayor, en este particular desfile previo al Carnaval, donde volverá en el acto del pregón acompañada de otras botargas de la provincia.
Originaria de siglos pasados, esta festividad fue recuperada en Guadalajara en el año 1998 por el Grupo Mascarones, tras 70 años de olvido.