El método Williams: El peligroso ejemplo de las hermanas Williams
Lo primero y más importante: a mí el señor Richard Williams me parece un zumbao de la vida. No digo yo que fuera para denunciarle a servicios sociales, como hicieron algunos de sus vecinos, pero sí que con más padres como él también tendríamos mucho más niños destrozados por culpa de los sueños de gloria paternos. Y todo eso entendiendo que lo suyo era un plan, casi diría que desesperado, para escapar de la pobreza.
El Método Williams se centra en la figura del padre de las celebérrimas tenistas Venus y Serena Williams y en cómo su empeño enfermizo logró convertirlas en las estrellas que terminaron siendo. Tal y como relata la película, todo empezó cuando Richard vio a una tenista enfundarse un jugoso cheque por ganar un torneo. Entonces se fue para casa y le dijo a su mujer que iban a tener dos chavalas más (no sé si también se lo dijo a los óvulos, espermatozoides y al ADN en general o si su plan era igual de infalible para hombre que para mujeres).
Dicho y hecho, la pareja procreó y desde que las niñas cumplieron los cuatro años se centraron en su plan: convertirlas en súper estrellas del tenis. Y era un plan en sentido literal, que el tipo lo había escrito antes de que las niñas nacieran y tenía 78 páginas en las que había detallado cómo sería la vida de las pequeñas.
¿Era Richard un buen padre? A ver, pues probablemente los seis hijos que tuvo con su anterior pareja, y de los que la película da a entender que pasaba bastante, dirán que no, pero claro, es que esos ya no podían ganar nada. Y por el contrario también hay que decir que crió como propias a las tres hijas que ya aportaba a la relación la madre de Serena y Venus. Tampoco tenía grandes sueños para ellas, pero sí que acabaran sus estudios, fueran a la iglesia y no terminaran drogadas o muertas de un balazo... Bueno, una sí, pero parece que fue más por accidente que por una mala vida.
En ese sentido, lo que más se le debe agradecer a El Método Williams y la interpretación de Will Smith es que no realicen una absoluta hagiografía. Está claro que es una visión amable de una conducta bastante… polémica, pero también proyecta sombras sobre las decisiones de ´King Richard´, título original de la película. No es de extrañar que Smith esté nominado al Oscar, porque sabe dotar de matices a un personaje que sin duda hay que matizar. Tampoco extraña que lo esté al de mejor Montaje, porque sus casi dos horas y media pasan voladas. Y puede que más cuestionable sea lo de Mejor Película, pero es que desde que la Academia nomina a 10, hay que levantar un poco más la mano.
El Método Williams ofrece una de esas peligrosas historias de superación –peligrosa porque puede dar malas ideas a padres hipermotivados- que tanto gusta ver en el cine. Una película alegre gracias a que todos sabemos al final, pero que invita a hacer una reflexión crítica sobre el papel que juegan los padres en la vida de los niños súper estrella. Porque esta historia de éxito, bien podría compensarse con otras miles de fracaso que acabaron dejando juguetes rotos sin infancia. Eso, que no lo olvide nadie, por favor.
King Richard (USA, 2021)
Director: Reinaldo Marcus Green.
Guion: Zach Baylin
Reparto: Will Smith, Aunjanue Ellis, John Bernthal.