El Molino de Alcuneza se consolida como el hotel boutique de referencia en Guadalajara

15/11/2021 - 11:11 Sara Vera Juárez

Escapar de la rutina y reencontrarse con los sentidos es posible en el Molino de Alcuneza, en plena Sierra Norte de la provincia de Guadalajara. Este hotel lleno de encanto forma parte de la Red de Hospederías de Castilla – La Mancha, un proyecto que busca poner en valor edificios patrimoniales, ubicados en destinos destacables de la región, siendo establecimientos de alta calidad en sus servicios hoteleros.
 

Sus más de cinco siglos de historia lo convierten en un atractivo turístico, que ahora se encuentra totalmente reformado y conserva la esencia de lo que ataño fue: el molino harinero más importante del Alto Henares y de la zona de Sigüenza, que perteneció al Cabildo de la Ciudad del Doncel. Con la industrialización en los años 70, el molino dejó de moler. Y fue en los 90 cuando la familia Moreno adquirió la propiedad con el propósito de restaurar la casona y convertirla en su casa particular, además de volver a poner en funcionamiento el molino. Pero tras la reforma, los propietarios decidieron abrir sus puertas en el año 1996 como un sencillo y cálido hotel boutique. En 2006, se produjo un relevo generacional en el que los hermanos Samuel y Blanca Moreno llevaron este histórico inmueble al máximo esplendor, ampliando la oferta y restaurando la seña de identidad del molino que, a día de hoy, sigue girando.

El estilo de las instalaciones de este hotel familiar de cuatro estrellas es una combinación entre  arquitectura centenaria y comodidades modernas. El Molino de Alcuneza dispone de 17 habitaciones que se reparten entre el edificio principal, que es el molino, y otro edificio de nueva construcción frente a la piscina. Según las prestaciones, los visitantes pueden elegir el aposento que más se adapte a sus necesidades. Sus habitaciones se clasifican en: una Classic pequeña, cinco Classic, cuatro Superior, dos Superior Terraza, cuatro Suites y una Suite Premium. Decoradas todas ellas con tonos blancos y tostados suaves, con suelos de madera y paredes de yeso rayado tradicional y de piedra descubierta, consiguen crear un ambiente cómodo y acogedor. Sus altos techos con vigas son, precisamente, un recordatorio del patrimonio histórico del hotel. Como valor añadido, todas las habitaciones tienen vistas exteriores al jardín, a la montaña, a los huertos y a los campos de cultivo del valle del Alto del Henares. 


Para un hotel de categoría, un buen restaurante es imprescindible y es que el Molino de Alcuneza lo tiene todo, ya que cuenta con un restaurante con una Estrella Michelín desde 2018, un Sol en la Guía Repsol desde 2020 y forma parte del sello Relais Chateaux desde 2014, una asociación de hoteles y restaurantes de lujo privados, con influencia a nivel mundial. El objetivo del chef no es otro que el cliente conozca la riqueza gastronómica del paisaje que le rodea. Por no hablar de los suculentos desayunos que sirven. En la actualidad, en este comedor los comensales pueden disfrutar de la comida y del entorno mientras ven pasar el río Henares a través de una cristalera. 


Además de todo este encanto interior, el Molino de Alcuneza ofrece con su SPA una experiencia única donde poder relajarse y gozar de diversos cuidados en manos de un equipo de profesionales. El recinto lo componen varias salas en las que se realizan diferentes tratamientos, como por ejemplo: hamman, sauna, ducha de sensaciones con aromaterapia, ducha vital escocesa de contraste, ducha de lluvia cromoterapia y circuito SPA. 

Servicio integral para reuniones de trabajo
Otro gran atractivo del hotel es el Salón del Agua, un escenario discreto y con luz natural pensado para el desarrollo de planes de empresa como reuniones, e incluso cursos, seminarios y conferencias entre semana. La proximidad del Molino de Alcuneza con el aeropuerto de Madrid permite que empresas nacionales como, por ejemplo, las del Corredor del Henares, y otras internacionales puedan llevar a cabo sus reuniones de distinto carácter, siendo pioneros en reuniones de alta dirección. Todo ello no sería posible sin el empeño de más de una veintena de personas que conforman el equipo del Molino de Alcuneza.

Dedicación y cariño

Después de que la familia Moreno adquiriera esta joya y la convirtiera en un hotel boutique gastronómico en los años noventa, Blanca Moreno, la actual directora del mismo, decidió estudiar Dirección y Gestión Hotelera y un máster en Sumillería; mientras que su hermano, Samuel Moreno, actual chef del restaurante, cursaba Cocina y un máster de Respostería y Nuevas Tecnologías Aplicadas a la Cocina con Jordi Butrón en Espai Sucre, en Barcelona. La formación de los hermanos Moreno es, sin duda, la combinación perfecta que hace posible el funcionamiento de lo que es, hoy en día, el Molino de Alcuneza.
Desde entonces, el negocio ha ido creciendo y adaptándose a las nuevas tendencias y exigencias, sobre todo, en esta etapa de pandemia. Es más, este año, en uno de los momentos más difíciles para el sector, el Molino de Alcuneza cumple sus 25 años, en los que con tesón y mimo hacen que cada cliente que entra por la puerta se convierta en familia.
En definitiva, acercarse al Molino de Alcuneza es buen comer, es buen vivir y, sobre todo, un lujo de sensaciones para los sentidos.

El encanto turístico de la zona

En un entorno natural envidiable como es Alcuneza, una pedanía de Sigüenza con una treintena de habitantes, se encuentra el Molino de Alcuneza, un complejo con una amplia oferta de posibilidades. Situado en la Sierra Norte de Guadalajara y más concretamente en la Carretera Alboreca, km. 0.5, 19264 Alcuneza, merece la pena ser visitado por la Peña de la Torre, con grandes cuevas naturales, y su patimonio histórico religioso, conformado por la Iglesia Parroquial de San Pedro de Antioquia y la Ermita de la Soledad. Además, antes de llegar a Alcuneza, se pueden observar las ruinas de unas salinas procedentes al año 1910. 
A tan solo 10 minutos, se encuentra Sigüenza, una parada obligatoria si se visita esta comarca. Un municipio que atesora una gran historia y monumentos en sus calles: la Catedral del siglo XII, la casa del Doncel y la capilla donde está enterrado, la plazuela de la Cárcel, las murallas, las iglesias, entre otros.
Otros altos en el camino indispensables son las villas medievales de Atienza y Medinaceli, el parque Natural Hoz del Río Dulce, la micro reserva de los saladares del Río Salando, el Parque Natural del Hayedo de Tejera Negra, las Salinas de Imón y varias rutas como la de la Arquitectura Negra, la de la Alcarria y otras más pintorescas como la Ruta de El Quijote y el Camino de El Cid.
A tan solo una hora, se encuentra también la capital de la provincia, Guadalajara. Una ciudad con múltiples monumentos que merece la pena visitar. El Panteón de la Condesa de la Vega del Pozo, el Palacio del Infantado, el Palacio de la Cotilla, el Torreón de Alvar Fáñez, el puente Romano e infinidad de parques y zonas verdes.