El periodista de sentimiento alcarreño "falto de cariño"
El periodista Guillermo Orduna rinde homenaje a la media hora que dedicó en RNE a Manu Leguineche, periodista y literato "alcarreño de vocación", asegura Antonio Herrera Casado, colaborador de Nueva Alcarria y donde vivió feliz en su “Casa de los Gramáticos” de Brihuega. Fundador del "Club de los faltos de cariño", es considerado "el periodista más legendario de España, que ha recorrido el mundo, vivido guerras, observado países y conocido personajes... Ha hecho periodismo puro", le definía Orduna. Y no de salón, sino conociendo en el terreno los problemas humanos y de la humanidad. "Ya no se corre de un sitio para otro en búsqueda de la noticia".
"La ambición de los periodistas sobrepasa todos los límites y se convierten en protagonistas de sus propias historias, en algunos casos, por inmadurez, por entender mal el oficio o por vanidad", remarcaba el maestro Leguineche. En su retiro en Brihuega ya decía: "La política nacional nos aburre a los corresponsales de guerra; nos parece algo pequeño, irrelevante, pero uno debe estar informado de lo que pasa en su propio país".
Manu Leguineche fue corresponsal de guerra en conflictos clave del siglo XX, como la guerra de Vietnam, el conflicto en Camboya, la guerra de los Seis Días en Oriente Próximo, la revolución iraní o las guerras en África, entre otros. Cubrió con profundidad las trincheras de la historia contemporánea, acercándose siempre a las historias humanas detrás de los titulares.
Cuando las fuerzas menguaron en sus últimos tiempos, se convirtió en un observador privilegiado de la realidad, en un enviado especial a su propia vida. Falleció en enero de 2014, pero su memoria sigue viva entre quienes le siguen, leen y escuhan. Fue el reportero por excelencia, lo que muchos quieren ser: el corresponsal de guerra. Pero, sobre todo, fue un hombre querido, radical y moderado a la vez.
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