El pueblo de Guadalajara en el que solo viven un padre y su hijo

En 1998 la población de Iniéstola era de 18 personas, diez años más tarde, en 2008 era de 17, y en 2020, el número de habitantes que vivían en el municipio se situó en 23. Atendiendo  a los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, a enero de 2022, los empadronados descendieron a 22. En el año 2013 alcanzó los 28, mientras que en 2003 y 2004 tenía tan solo 17 almas.

Sin embargo, la realidad es que en este pequeñísimo pueblo, cuya densidad oficial de habitantes en su término municipal es de 2,49 hab./km², emplazado en el Pinar del Ducado, tan sólo residen un padre y un hijo con edades de 95 y 65 años, respectivamente. Curioso. Este desfase entre empadronados y gente residiendo realmente es algo que trae de cabeza a los ayuntamientos de la provincia, siempre necesitados de servicios, que hay que justificar ante las administraciones para lograrlos. Y es más curioso aún, porque en las grandes localidades del Corredor del Henares se las ven y se las desean para calcular el número real de gente viviendo en ellos y saber la dimensión exacta del problema. Sin embargo, en Iniéstola, es muy sencillo, por desgracia.

Este pueblo, como la mayoría de los municipios de la zona, siempre ha estado muy vinculado a la actividad resinera. Gracias a estas explotaciones madereras su ayuntamiento ha tenido tradicionalmente importantes ingresos económicos con los que se pagaban los estudios de los hijos y se realizaban importantes obras para mejorar la vida de los vecinos. Se llevó el agua y la luz a las casas, se realizaron tareas de alcantarillado, un lavadero cubierto en el centro del pueblo y todos estos avances, mucho antes que en otros municipios de mayor población.

Se trata de los rendimientos de un pinar tradicionalmente muy cuidado, pero que en los últimos años, debido al descenso de la actividad resinera,  ha sufrido varios incendios. El ocurrido en 2005 fue el más devastador. En él más de 13.000 hectáreas fueron arrasadas por las llamas, segando la vida de 11 trabajadores. El pueblo se salvó de milagro.

Más info: https://www.epdata.es/datos/datos-graficos-estadisticas-municipio/52/iniestola/3838

Sin embargo, desde que la Diputación Provincial de Guadalajara apostará en el año 2012 por la recuperación de la labor del resinero con cursos de formación, en la provincia el número de trabajadores que se dedican a la extracción de resina fue subiendo, y en la actualidad hay numerosos dedicados a esta actividad en la Comarca de Molina, en las localidades de Molina de Aragón, Corduente, Selas, Iniéstola, Coberta y Torremocha del Pinar, entre otras.

En la Institución Provincial desde hace años sacaron subvenciones para el sector de la resina, sabedores de que el primer año es el más complicado, ya que hay que hacer una fuerte inversión en material. Además, en varios de los ayuntamientos del Señorío se les ayuda a los nuevos resineros con rebajas en el alquiler de viviendas o en las matas de pinos. 

La Diputación de Guadalajara financia la formación especializada de personas que van a trabajar en la extracción de resinas en los montes de la provincia, tras haber renovado el convenio de colaboración con el sector resinero.

Este apoyo se ha materializado en el convenio que ha suscrito la institución provincial con la consultora GEA Forestal, especializada en gestión forestal y expertos en el campo de la resinación.

GEA Forestal ha añadido que en los últimos años la profesión del resinero se está recuperando poco a poco en los montes españoles que hacía muchos años no estaban en explotación, y que vuelven a ser resinados por antiguos trabajadores del sector o por jóvenes que ven en esta práctica una forma de ganarse la vida en las zonas rurales.

Más info: https://madera-sostenible.com/forestal/el-pueblo-de-iniestola-es-pionero-en-guadalajara-en-emplear-a-los-resineros-todo-el-ano/