El Toro de la cuesta ‘embiste’ por Palestina

05/09/2025 - 19:28 fcv

El imponente Toro de Osborne, centinela del camino en Guadalajara, ha salido al ruedo embistiendo un capote humanitario. No con la fiereza del campo bravo, sino con la serena y digna estampa de quien porta una causa que eleva a sus astas impasibles.

FOTO: SARA SÁNCHEZ

El fervor animal sube a través de sus patas, antes puro negror, que se han vestido de luces con los colores de Palestina, hasta la parte más digna y temerosa de su cuerpo, esos dos apéndices terroríticos capaces de impregnarse de la sangre de inocentes. Pero el toro es de raza, noble, de buena cuna. De aquellos que sacan el sable solo por su honor. 

En la Cuesta del Toro, el emblemático Toro de Osborne exhibe la bandera palestina pintada en sus patas, un gesto de protesta visible para conductores y ciclistas. Las organizaciones propalestinas buscan que la imagen dé la vuelta al mundo, coincidiendo con la ola de manifestaciones durante La Vuelta Ciclista.

Esta suerte de capa no es para un lucimiento banal, sino un acto de lucha. Con su silueta recortada contra el cielo, como un miura inmutable, el toro se convierte en un astado simbólico: un torero sin espada que embiste contra el silencio internacional y alza la bandera palestina.

La cuadrilla, las organizaciones propalestinas, asegura que esta acción busca que la faena llegue a todos los rincones del mundo para que la guerra se dé por finiquitada. Es un paseíllo que se suma a la ola de protestas globales, esas que en La Vuelta Ciclista, con el clarín de los medios, amplifican el mensaje.

Guadalajara, desde su barrera, ha puesto su grano de arena. El icono del coso urbano se transforma en un toro que embiste por la paz, donde tradición y protesta se funden en un acto de fuerza visual que corta la respiración. Una estocada definitiva contra el olvido.