EMACON se quejó por falta de seguridad de otro avión
01/10/2010 - 09:45
El Estado Mayor Conjunto (EMACON) mantuvo una reunión con un representante de la compañía británica contratista del Yakovlev-42D que se estrelló en Turquía el 26 de mayo de 2003, Chapman Freeborn, cuatro días antes de que se produjera el accidente para reclamarle explicaciones "sobre la falta de seguridad" de uno de sus aviones de fabricación soviética.
"En la última reunión en EMACON el día 22 de mayo, asistió un representante del operador logístico Chapman, al que se pidieron explicaciones sobre la falta de seguridad del Ilyushin. Contestó que los trenes de aterrizaje cumplían la normativa en vigor (no concretó si se refería a la ucraniana o a la europea) e informó que ya estaban contratando aviones que contaban con una cabina de pasaje para 16 pax (personas), que independizaba pasajeros y carga", señala el documento interno, elaborado por el Estado Mayor del Ejército de Tierra (EME) el 2 de junio de 2003.
Por otro lado, el perito aeronáutico Cecilio Yustas coincide con el informe elaborado en noviembre de 2005 por la Comisión de Investigación Internacional del accidente del avión Yakovlev-42D, que se estrelló el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía) causando la muerte de 62 militares, en que el siniestro se produjo por "el cansancio" y el "estrés" que sufrieron los pilotos del aparato.
Yustas, que compareció ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska como testigo de las familias de las víctimas, entregó un informe en el que señala que los pilotos llevaban 25 horas y 17 minutos de actividad en el momento del accidente, que se produjo porque el avión tomó "un rumbo contrario al que debía".
Por otro lado, el perito aeronáutico Cecilio Yustas coincide con el informe elaborado en noviembre de 2005 por la Comisión de Investigación Internacional del accidente del avión Yakovlev-42D, que se estrelló el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía) causando la muerte de 62 militares, en que el siniestro se produjo por "el cansancio" y el "estrés" que sufrieron los pilotos del aparato.
Yustas, que compareció ante el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska como testigo de las familias de las víctimas, entregó un informe en el que señala que los pilotos llevaban 25 horas y 17 minutos de actividad en el momento del accidente, que se produjo porque el avión tomó "un rumbo contrario al que debía".