Emera ha implantado una nueva filosofía de trabajo en la residencia de mayores Emera Guadalajara
Al unirse al Grupo Emera, el equipo profesional multidisciplinar de la residencia ha iniciado una nueva etapa y operado grandes cambios con la puesta en marcha de un sistema de gestión de calidad exigente y ambicioso, evaluado periódicamente por auditores externos. Se ha dado especial importancia al nuevo modelo de protocolos asistenciales que garantizan cuidados profesionales continuos, así como la seguridad y el bienestar de los residentes.
“La mayor evidencia del extraordinario trabajo realizado por el personal del centro a lo largo de estos últimos meses reside en la confianza que depositaron en nosotros la Delegación Provincial de la Consejería de Bienestar Social y el Servicio de Coordinación Sociosanitaria dependiente del SESCAM, cuando nos solicitaron en octubre la atención, durante su fase de recuperación, a pacientes positivos por Covid-19 procedentes del Hospital Universitario de Guadalajara” explica Lali Saiz, Directora de Emera Guadalajara. “Teníamos claro que la coordinación entre administraciones y sociedad era y sigue siendo fundamental para obtener un mayor éxito frente al coronavirus.” A tal efecto, y en colaboración con las autoridades competentes, la residencia habilitó hasta el 31 de mayo de 2021 una unidad específica, totalmente independiente del resto del centro y con personal y protocolos de cuidados propios para atender a esas personas. “Ha sido una etapa de colaboración muy constructiva”, añade Lali Saiz.
Otro elemento significativo del nuevo impulso fomentado por Emera en la residencia ha consistido en la profundización en la atención centrada en la persona y hacer que sea mucho más que un lema. El departamento médico y de enfermería, así como las áreas de psicología, fisioterapia, terapia ocupacional y animación sociocultural hacen hincapié no sólo en la valoración asistencial inicial del residente (y su seguimiento correspondiente), sino también en su historia de vida, sus gustos y sus preferencias, para poder elaborar un plan de atención individualizado que se adecue a las necesidades y expectativas de cada uno, tanto si se encuentran en el centro para una estancia permanente como temporal.
“Nuestro objetivo es crear las condiciones óptimas de un clima de confianza, de escucha y de empatía entre el residente, su familia y el equipo del centro, para lograr que la estancia de la persona mayor sea lo más agradable posible”, resume Lali Saiz. Eso pasa por la implantación del modelo de cuidados en acompañamiento propio de Emera, con la figura clave del acompañante de vida, que será el garante de que la atención y los cuidados que recibe el residente siempre contemplen “quién fue”, “quién es” y también “quién quiere ser”. Igualmente requiere que el equipo humano contratado en el centro disponga de un plan de formación continuo acorde con los objetivos asistenciales y la filosofía general de Emera. Y, por último, supone el desarrollo de programas complementarios que sean representativos de ese modelo de cuidados en acompañamiento, como puede ser la implantación de la App Famileo para mejorar y reforzar las relaciones y enlaces afectivos entre residentes y familias, así como trabajar la reminiscencia, o la creación del taller de cocina.
“Al crear esta última actividad, que tiene mucho éxito tanto entre nuestros residentes, hemos querido invitarles a que desarrollen o ejerciten diferentes habilidades para retrasar o controlar la pérdida de determinadas capacidades”, explica el departamento de Terapia ocupacional del centro. “Hablamos por supuesto de motricidad fina y gruesa cortando, rallando o mezclando alimentos, de trabajar la memoria, la concentración y la paciencia a la hora de reproducir una receta, y también de mejorar las interacciones con terceros, aumentar la autoestima y favorecer el pensamiento en positivo. Asimismo, se trata de destacar uno de los pilares fundamentales del modelo asistencial de Emera que consiste en potenciar la estimulación de los sentidos.” Las terapias de estimulación sensorial son, en particular, muy beneficiosas para personas con demencias para trabajar la reminiscencia. Los colores, texturas y olores de los alimentos y platos elaborados son fuentes naturales de estimulación cognitiva que conectan las personas con su entorno.