Empate por la mínima entre Azuqueca y Marchamalo
El Azuqueca y el Marchamalo firmaron tablas en el primer derbi provincial de la temporada en Tercera División. Lo hicieron después de que los rojinegros se adelantaran en la primera parte y los gallardos empataran en la segunda en diferentes fases en las que hubo dominio alterno, aunque al final los de casa casi terminan pidiendo la hora y eso que con anterioridad pudieron sentenciar.
El derbi provincial empezó sin un dominador claro. Rojinegros y gallardos se estaban tanteando. De momento, Pancorbo estaba de delantero centro y era la gran novedad en los dos onces. La otra novedad se produjo en el minuto 22 cuando Mario se tuvo que retirar en brazos del fisio aquejado de su tobillo. Antes Mario había tenido la única gran oportunidad de la que gozó el Marchamalo en la primera mitad. Fue un error defensivo que luchó hasta la extenuación Cabanillas. El delantero le filtró la bola al extremo y éste, solo ante Javi Alonso y con toda la portería para él, la mandó a milímetros del poste izquierdo. Pero no había sido el único sobresalto para la grada, en el minuto 10, era Olmedo el que se topaba con el palo en un córner que botó Chilo y prolongó Tena al primer palo.
La primera mitad transcurría con el peligro latente del poderío a balón parado del Azuqueca. Y, como no podía ser de otra forma, así llegó el primer tanto de los locales. Falta lateral que pone Chilo y que Tena remata en el segundo palo. Con uno arriba en el marcador, los de Alfaro dejaron el testigo de la posesión a sus rivales. Sin embargo, el Marchamalo no encontraba la forma de meter mano a los rojinegros. De hecho, el peligro, si lo había, lo llevaban estos últimos en busca de una contra con la que rematar a los de García.
Ya en la segunda mitad el Azuqueca volvió a lo suyo, tocarla y gustarse con Chilo y Rober como directores de la sinfonía. Y es que, el 2-0 estaba bastante más cerca que el empate. De hecho, en el 53, Javi Martín marró un pase de la muerte que le servía Carrasco. El remate era complicado, pero la portería estaba vacía. Poco después era Chilo el que dejaba una obra de arte para la galería que mereció acabar en gol y no en las manos de Tomás. El mediapunta hizo un control orientado con recorte incluido que sacó el “oh” de la grada. Después intentó hacerlo aún más bonito al intentar una vaselina que Tomás interceptó sin problemas.
La réplica gallarda la dio Lucas Nitz en una contra por la banda izquierda. El extremo sirvió para la llegada al área de Cabanillas. Sin embargo, el balón se paseó por el área sin que el delantero lo cazara. La siguiente la tuvo Rober mediada la segunda parte al intentar un gol olímpico y en ella Javi Alonso se tuvo que emplear a fondo. Un Javi Alonso que en la siguiente jugada cometía uno de los errores más clamorosos el partido y era el culpable de que el Marchamalo empatara. Fue en un balón que tenía controlado con los pies y que no supo sacar antes de que Aitor, cual coche de Fórmula 1, llegara a su altura y se lo arrebatara. En ese momento llegaba también Cabanillas, al que Aitor cedió para empatar la contienda a falta de cuarto de hora para el final.
Con el empate, el Marchamalo se acrecentó y empequeñeció a un Azuqueca que, por primera vez, parecía tener miedo. De hecho, la siguiente ocasión también fue para los visitantes tras una gran cabalgada de Dani por la banda derecha. Y luego llegó el lanzamiento de Aitor desde media distancia que se perdió por encima del travesaño. Sin embargo, el marcador ya no se volvió a mover.